top of page

LA MEDICINA

la historia de la medicina

La historia de la medicina está llena de personajes influyentes que han contribuido significativamente al conocimiento y práctica de la medicina. Aquí hay algunos de los más destacados:

ANTIGUEDAD

Hipócrates

7.jpg
webp-A-hipocrates.jpg

​

Hipócrates (460-370 a.C.): Considerado el "padre de la medicina", Hipócrates es conocido por el Corpus Hippocraticum y por establecer la medicina como una profesión distinta y ética.
Hipócrates nació en la Isla de Cos, actual Grecia, 460 a.C. (en la época de la Octogésima Olimpiada), murió en Larisa (Tesalia) en el año 377 a.C. Según la tradición, Hipócrates descendía de una estirpe de médicos-sacerdotes, Asclepios y se decía que estaba directamente emparentado con Esculapio, el dios griego de la medicina. Hijo de Fenáretes y Heráclides médico de Cos, amigo de Demócrito y Gorgias. Contemporáneo de Sócrates y Platón, éste último lo cita en diversas ocasiones en sus obras. Al parecer, durante su juventud Hipócrates visitó Egipto, donde se familiarizó con los trabajos médicos que la tradición atribuye a Imhotep. Hipócrates ser sirvió de sus sentidos y su razón como los únicos instrumentos diagnósticos, desarrollando un sistema racional basado en la observación y la experiencia; inició la práctica clínica junto al lecho (clínica) del enfermo y repitió una y otra vez las observaciones hasta conocer los signos distintivos de cada síndrome. Por eso Hipócrates ha sido llamado padre de la medicina.
El pensamiento filosófico sobre la enfermedad se origina en el pensamiento filosófico del orden natural (physis) que es el bien y el desorden (caos) que es el mal. La naturaleza es obra divina y en consecuencia el orden natural es formalmente bueno, de igual manera el orden físico (physiologya) de un individuo es bueno, es decir, salud. El desorden o desequilibrio se manifiesta como enfermedad, tal es así que, Hipócrates postulaba la doctrina del equilibrio de los cuatro elementos y si estos entraban en desequilibrio cuando la persona enfermaba, de ahí que los tratamientos consistían en reponer tal equilibrio utilizando sangría, vomitivos, lavativas, etc. 
Hipócrates consideraba que en la sangre radicaban los cuatro humores, que representa a los cuatro elementos de la physis, así observó que cuando coagula la sangre ocurre los siguientes fenómenos: una vez iniciado la coagulación se puede observar dos estratos:
1 la base del coágulo es oscura y densa.
2 la superficie es roja y fluida.
Hipócrates, lo mismo que ya había hecho Empédocles, llegó a la conclusión de que en el coágulo existen dos substancias distintas, una más ligera, que se coloca en la superficie, otra más densa (la parte superficial del coágulo, en contacto con el aire, adquieren el color carmesí, que tanto llamó la atención de los griegos, en tanto que la parte de la base conservan su color natural rojo-negruzco). Luego de unos minutos, la base se contrae y desprende un líquido amarillo-claro, al cual denominó bilis amarilla o cólera (es decir, el suero).
Hipócrates realizó otra observación: tomando un recipiente en que vertió la sangre procedente de una sangría, sin dar tiempo a que se formara el coágulo,
agitó con un batidor el líquido hasta obtener a los pocos segundos dos sustancia. De la sangre se desprendió una materia blancuzca y pegajosa, una mucosidad, a la que dio el nombre de "flema" (pituita). Apartando la flema del resto de la sangre, esperó a que se formara el coágulo. Pero fue en vano, el coágulo no apareció (había separado la fibrina de la sangre). Hipócrates razonaba:
«Al ser separada del cuerpo, la sangre se enfría y ésta es la causa de que muera, ya que sin calor no hay vida. Por eso se coagula la flema y hace coagular con ella a las otras partes que la sangre contiene».
"La flema coagula la sangre, es la bestia blanca, por eso en las venas de los cadáveres se encuentra sangre coagulada y fría, en los vivos sangre líquida y caliente"
Hipócrates designo, a los elementos encontrados en la sangre, de la siguiente manera: 1) a la mucosidad la denomino flema (la fibrina); 2) a la bilis amarilla que se desprende del coágulo la llamó cólera (el suero), 3) a la base de color negro la denominó bilis negra, o melancolía, y 4) a la parte superficial roja del coágulo la llamó hema, Hipócrates concluyo:(10)
"Cuatro son los elementos que constituyen todos los cuerpos del universo, como ya definió Empédocles, y por eso son cuatro las partes de la sangre, ello es evidente". («De la Naturaleza Humana.»)
Hipócrates sabía perfectamente, por lo tanto, que a cada uno de los elementos definidos por Empédocles, aire, tierra, agua y fuego, le correspondían unas propiedades específicas: 1)
El aire había sido definido como el principio caliente y húmedo, 2) la tierra como el frío y seco, 3) el agua como frío y húmedo, y 4) el fuego como caliente y seco. Esta era la clasificación establecida por la física (physis) en los siglos de mayor apogeo de la cultura griega. Hipócrates dio al fin con la secreta correspondencia entre las partes de la sangre y los elementos de la physis
Cualquier alteración en la composición de la sangre motivaba la enfermedad; los cuatro humores debían coexistir en equilibrio (eucrasia) sin que ninguno de los cuatro predominara sobre los demás (discrasia). Este concepto se halla repetidamente expresado a lo largo de los textos hipocráticos:
"Todo se funda sobre un único confluir de todos los humores, sobre una única concordia, una única simpatía." («De la Alimentación.»)
"El cuerpo humano contiene sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra, y esto es lo que constituye su naturaleza orgánica, y lo que sirve de base a la salud y a la enfermedad. El hombre es pues tanto más sano cuanto dichos componentes se hallen entre sí en una relación de mayor ponderación y equilibrio en lo referente a mezcla, fortaleza y cantidad. El ser humano sufre, en cambio, cuando alguna de dichas substancias existe en cantidades excesivamente grandes o pequeñas, o ha sido eliminada del cuerpo, no estando mezclada con las restantes." («De la Naturaleza Humana.»)
"La salud del hombre es un estado dado por la naturaleza, la cual no emplea elementos extraños sino una cierta armonía entre el espíritu, la fuerza vital y la elaboración de los humores"
Además, Hipócrates fue uno de los primeros médicos que rechazó las supersticiones, leyendas y creencias populares que señalaban como causantes de las enfermedades a las fuerzas sobrenaturales o divinas. De la epilepsia, enfermedad sagrada de la antigüedad, en su "Tratados Médicos: Sobre la Enfermedad Sagrada", decía:(14)
"Acerca de la enfermedad que llaman sagrada sucede lo siguiente. En nada me parece que sea algo más divino ni más sagrado que las otras, sino que tiene su naturaleza propia, como las demás enfermedades, y de ahí se origina. Pero su fundamento y causa natural lo consideraron los hombres como una cosa divina por su ignorancia y su asombro, ya que en nada se asemeja a las demás. Pero
si por su incapacidad de comprenderla le conservan ese carácter divino, por la banalidad del método de curación con el que la tratan vienen a negarlo. Porque la tratan por medio de purificaciones y conjuros".

GALENO

8.jpg
an_image_of_galen_created_by_onlinesafetytrainer_com.jpg

Galen (129-200 d.C.): Médico griego cuyas teorías dominaron la medicina europea durante más de mil años. Es conocido por sus trabajos en anatomía, fisiología y farmacología.
Galeno se interesó desde muy joven en una gran variedad de temas hasta el momento en que se concentró en la Medicina. A los 20 años Galeno ya era un therapeutes (discípulo o socio) del dios Esculapio en el templo local, donde inició sus estudios a cargo de dos seguidores de Hipócrates: Estraconio y Sátiro. Visitó después las escuelas de Medicina de Esmirna, Corinto y Alejandría. Regresó a Pérgamo en el 157, al fallecer su padre, quien le legó una gran fortuna. Durante 3 años trabajó allí, en la escuela de gladiadores, adquiriendo gran experiencia en el tratamiento de golpes y heridas.
| «La cirugía es el movimiento incesante de manos firmes y experimentadas.» Galenus |
En el 162 Galeno se trasladó a Roma, donde pronto se hizo famoso por las curas a miembros de familias patricias que con anterioridad habían sido desahuciados, así como por su habilidad y una elocuente retórica en discusiones de carácter público. Galeno fue médico de los emperadores Marco Aurelio, Cómodo y Septimio Severo.
Escribió en griego, que en la Medicina de la época tenía más reputación que el latín. Llegó a emplear 20 escribientes para anotar sus palabras. Su obra fue muy amplia, llegó a tener muchos tomos y fue aceptada durante siglos como dogma de fe. Recién a partir del siglo XVI, con las nuevas ideas de Vesalio, gran anatomista del Renacimiento, se empezaron a sacudir los cimientos de su autoridad.
Su fisiología, por ejemplo, se basó en las ideas aristotélicas de naturaleza, movimiento, causa y finalidad. Y de Platón había tomado la noción de alma como principio vital, en la que distinguía entre alma concupiscible (con sede en el hígado), alma irascible (en el corazón) y alma racional (en el cerebro).
A las ideas humorales de Hipócrates y a las teorías pitagóricas de los 4 elementos agregó su propio concepto de un pneuma presente en todas partes. Galeno sintió que podía explicar absolutamente todo, llegando a abandonar la anotación cuidadosa de los hechos, tan importante para Hipócrates, sobre todo cuando se trataba de citar sus milagrosas curas.
Su principal teoría patológica se basa en el equilibrio adecuado de los naturales, no naturales y contranaturales. Galeno adoptó y elaboró la teoría hipocrática de la enfermedad como un desequilibrio de los humores, que puede resultar de deficiencia o exceso de uno o más de ellos, o de cambios en sus propiedades de frío, calor, humedad o sequedad.


Aportaciones de Galeno a la medicina:


– Demostró que diversos músculos eran controlados por la médula espinal.
– Identificó 7 pares de nervios craneales.
– demostró que el cerebro es el órgano encargado de controlar la voz.
– Demostró las funciones del riñón y la vejiga.
– Demostró que por las arterias circula sangre y no aire (como pensaban algunos).
– Describió las diferencias estructurales entre venas y arterias.
– Describió las v´svulas enfermedades infecciosas (como la peste) y su propagación.
– Dio gran importancia a los métodos de conservación y preparación de fármacos, base de la actual “farmacia galénica”.
– Describió la presencia de los nervios laríngeos recurrentes, cuyo corte accidental en una intervención de bocio puede provocar la pérdida de la voz.
– Desarrollo varias intervenciones exitosas como la reparación de labio leporino.


Farmacia galénica


Se atribuye a Galeno el uso de medicamentos en gran escala: él mismo recogía las plantas curativas y preparaba sus prescripciones en base a mezclas complejas. De la preparación de estos remedios, nace la palabra “galénica” que, en su acepción moderna, se refiere a la ciencia de preparar medicamentos.
Galeno preparó un medicamento conocido como “triaca” o “teriaca” que constaba de 70 ingredientes, se consideraba un antídoto universal y permaneció vigente hasta el siglo XIX. Su popularidad probablemente se debió a que contenía opio.


Culminación de su obra


Galeno terminaría su carrera en Alejandría, Egipto, lugar donde aprendería la importancia de los estudios anatómicos y fisiológicos para la Medicina, diseccionaría cadáveres y entraría en contacto con las obras de importantes anatomistas como Serófilo y Erasístrato.
Murió en su ciudad natal, Pérgamo, en el año 216. Su obra escrita sería la primera gran enciclopedia médica llena de conocimientos y datos que en esa época eran de vanguardia y que serían mejorados, perfeccionados y corregidos, pero que por generaciones y siglos fueron respetados y valorados. Por eso su nombre, al igual que el de Esculapio, se convirtió en sinónimo de médico.
Este compendio incomparable, que competía con La Biblia en cuanto al número de impresiones, fue alagado por su contenido, por su lenguaje literal y uso de metáforas, se convirtió en el texto básico de las Escuelas de Medicina del oriente y occidente en el siglo XIII, específicamente en la educación médica española, en la universidad de Salamanca.13 En el año 1252, se estableció la enseñanza de esta obra porque se consideraba que era más consistente que la de Galeno, perdurando así varias centurias más. En escuelas de Europa fue imprescindible hasta inicios del siglo XIX e incluso en algunos países hasta el XX; médicos muy capaces estudiaron bajo su dirección. Esta reconocida obra fue una compilación sistematizada de notas o aportes sucintos no extensos (para que pudiesen ser memorizados por sus discípulos),de conocimientos de salud e higiene, fisiología, patología terapéutica y de la materia médica, adquiridos por médicos y estudiosos griegos, indios, persas y romanos, como Hipócrates, Galeno, Dioscórides y Aristóteles, enriquecida con reportes de sabios árabes y con sus observaciones, aportes y descubrimientos, incorporando otros textos que tenían elementos de lógica y física.

 

Edad Media

Avicena

8.jpg
avicena-dst.jpg

Avicena (Ibn Sina, 980-1037): Médico persa cuyo libro "El Canon de la Medicina" fue una referencia médica en Europa y el mundo islámico durante siglos.
Avicena y la medicina
Estudió esta ciencia desde su adolescencia, leyendo prácticamente todo lo que estaba escrito por sus predecesores, comentando fundamentalmente el estilo teorizante de Galeno que restaba importancia a la práctica y sólo se enfrentaba brevemente a los enfermos.17 En el año 1002 compuso una obra para corregir supuestos errores apreciados en los tratamientos médicos. No por casualidad, en un grabado anónimo del período medieval, aparece Avicena con una corona de laurel y un bastón sentado en un trono y a ambos lados increíblemente Hipócrates y Galeno
Por sus conocimientos y seguridad, a los 17 años se convirtió en el médico y consejero del sultán samánida o emir de Bujara, el que lo convocó por sentirse enfermo, con el que fracasaron numerosos médicos y le salvó la vida curándolo de una intoxicación por plomo adquirida por beber en una copa pintada con pigmentos de ese metal, éste le dio acceso a su biblioteca, que se conocía como "El santuario de la sabiduría", para estudiar y consultar tratados. Cuando por un incendio accidental esta biblioteca fue destruida, los pobladores decían que todo su legado ya estaba en la "cabeza" del sabio. También atendió a varios gobernantes persas, siendo impresionante además su curación de la melancolía del emir Mayd al-Dawla.
En el 1012, a los 32 años escribió el Canon de Medicina, del griego: regla,3 conocido como "El Al-Qanum fi at-tibb", el libro de medicina más conocido, principal obra estudiada por todos los conocedores e interesados en la materia en la Edad Media, que abarcaba todo el saber de su tiempo e incluía análisis de tesis y preceptos de médicos más antiguos.
Este compendio incomparable, que competía con La Biblia en cuanto al número de impresiones, fue alagado por su contenido, por su lenguaje literal y uso de metáforas, se convirtió en el texto básico de las Escuelas de Medicina del oriente y occidente en el siglo XIII, específicamente en la educación médica española, en la universidad de Salamanca.En el año 1252, se estableció la enseñanza de esta obra porque se consideraba que era más consistente que la de Galeno, perdurando así varias centurias más. En escuelas de Europa fue imprescindible hasta inicios del siglo XIX e incluso en algunos países hasta el XX; médicos muy capaces estudiaron bajo su dirección. Esta reconocida obra fue una compilación sistematizada de notas o aportes sucintos no extensos (para que pudiesen ser memorizados por sus discípulos),de conocimientos de salud e higiene, fisiología, patología terapéutica y de la materia médica, adquiridos por médicos y estudiosos griegos, indios, persas y romanos, como Hipócrates, Galeno, Dioscórides y Aristóteles, enriquecida con reportes de sabios árabes y con sus observaciones, aportes y descubrimientos, incorporando otros textos que tenían elementos de lógica y física. El Canon de Medicina se constituyó de cinco libros con los siguientes contenidos: Primero: Descripción general del cuerpo humano, facultades mentales, temperamentos, higiene y medicina preventiva, causas y complicaciones de enfermedades más frecuentes, "necesidad" de la muerte natural como algo fisiológico, terapéuticas generales, dietas para las distintas edades y efectos del clima.
- Segundo: Revisión de Farmacología simple y de la materia médica de Dioscórides, obra máxima en botánica aplicada a la salud. Se enumeran alfabéticamente 760 fármacos.
- Tercero: Diversas enfermedades de órganos y sistemas padecidas por el hombre.
- Cuarto: Dolencias o síntomas que afectan al organismo, signos, diagnóstico y pronóstico. Además, estudios sobre la fiebre, fracturas, heridas, tumores, cirugía menor y cuidados de "la belleza" del hombre. Desacreditó a la alquimia (producción de venenos, remedios y pociones "mágicas"), práctica muy difundida en el mundo islámico.
- Quinto: Administración y composición de medicamentos, tratamientos originales y otros aspectos de farmacopea (formulario o en árabe "agrabathin").

En estos trabajos médicos, Avicena revolucionó conceptos y dijo: "La Medicina es una teoría y una práctica, donde ambas están en perfecto equilibrio… Varios siglos después, talentosos de alcance universal como Thomas Sydenham (1624-1689), conocido como "el Hipócrates inglés", William Heberden (1710-1801), René T. Laennec (1781-1826), Claude Bernard (1813-1878), Rudolf Virchow (1821-1902), Louis Pasteur (1822-1895), Paul L. Duroziez (1826-1897) y Sir William Osler (1849-1919), entre otros sabios de la historia, enriquecían estas categorías con interesantes reflexiones y con brillantes descubrimientos, destacando su vinculación incuestionable como elementos esenciales del método científico, el cual como sabemos actualmente, aplicado al trabajo con los pacientes se conoce como método clínico. Los eminentes médicos cubanos, Fidel Ilizástigui Dupuy y Luis Rodríguez Rivera fueron mayúsculos estudiosos y verdaderos maestros de estas correctas, nobles y necesarias prácticas. Para satisfacción de todos, varios históricos y valiosos profesores de excelencia y de "alta talla" aún nos acompañan, para guiar desde la cúspide de las ciencias médicas este imprescindible proceso, otros como los recientemente fallecidos, Dra. Mercedes Batule Batule y Roberto Sollet Guilarte nos legaron su maestría e interesantes enseñanzas y todo su saber. Según el ilustre profesor, Dr. José A. Fernández Sacasa, "el método clínico es el método científico de la ciencia clínica, la que tiene como objetivo de estudio el proceso salud-enfermedad"; es cada vez más urgente el dominio y la correcta aplicación cotidiana de este útil método por parte de todo el personal médico en cualquier escenario. Avicena sentenció en sus libros que los desequilibrios orgánicos o humorales conllevan a desórdenes mentales y viceversa, dijo que la imaginación, la memoria, la imbecilidad y la manía tienen un origen corporal y hasta se refirió y señaló el "mal de amores" en algunas personas que sufrían;actualmente los médicos hablamos de enfermedades psicosomáticas como el asma bronquial, la úlcera péptica o el colon irritable, entre otras y de la relación directa de las dolencias orgánicas con el equilibrio y el bienestar psicológico. Destacó no sólo la unidad entre los órganos y las funciones del cuerpo, sino, además, la adecuada relación espacio-temporal entre el organismo y el mundo exterior. Estableció la influencia de los procesos fisiológicos sobre los patológicos, de la actividad sexual nula o excesiva sobre el organismo en general, de las enfermedades y perversiones sexuales y aconsejó ingerir agua, minerales y observar, cuidar y proteger a los animales.
En esta su obra médica "maestra", el sabio parece haberse adelantado en el tiempo y en el espacio y se refirió a aspectos de epidemiología y hábitat del hombre como la fortaleza de los antiguos nativos, la lluvia, la pureza del aire, los vientos predominantes, la ventilación, los rayos del sol, el grado de humedad y otras condiciones atmosféricas, así como las características de los bosques, del suelo, de los pantanos, de la calidad y estancamiento del agua y hasta de los minerales presentes en ella, de otros caracteres, de su acción en la regulación de la temperatura y el metabolismo, en la nutrición al fluir los alimentos, de ella dijo "es la criada de la nutrición"; dejó claro que la mejor agua es la de manantial, la que viene de regiones altas y la de lluvia, siendo útil que esté bien "purificada".
Pero, lo más trascendental tiene que ver con su tesis relacionada con la transmisión de enfermedades por diversos microorganismos a través de estas vías, específicamente cuando el preciado líquido tiene mala calidad o está estancado o encerrado en pozos y pantanos, conllevando entonces a enfermar el bazo, los pulmones, el estómago y ocasionaría disentería, fiebre, várices, dolor de cabeza, cálculos, obstrucciones, ictericia y daños en la concepción y en el parto. Estas ideas se confirmaron en el siglo XVIII por el científico holandés Antonie Van Leeuwenhoek, inventor del microscopio. En no pocos lugares del orbe faltan acciones de salud, voluntades y recursos económicos para la prevención de estos problemas, sin embargo en nuestro país el Estado invierte sistemáticamente cuantiosos recursos para tratar de solucionar epidemias importadas desde el exterior o la aparición de enfermedades emergentes o re-emergentes que mucho tienen que ver con dichos desórdenes epidemiológicos y específicamente con la contaminación del agua.
Avicena se antepuso también a las definiciones modernas de las ciencias médicas acerca de las infecciones de transmisión sexual, sus vías de contagio y la relación con prácticas desordenadas; del equilibrio hidromineral que debe existir en el ser humano para el control de las funciones vitales de los aparatos o sistemas metabólico, cardiovascular, neurológico y digestivo, por citar algunos; de la vinculación de los animales con diversas zoonosis que afectan al hombre y del tratamiento precoz y radical de las enfermedades neoplásicas, combatiéndolas precozmente, extirpando todas las células y tejidos invadidos como única solución curativa.

Ellas constituyen un problema de salud global y la principal causa de muerte en todas las edades en Cuba, representando la primera enfermedad por la que ocurren años de vida potencialmente perdidos de 1 a 74 años de edad; según la Organización Mundial de la Salud, para las próximas décadas se espera que la incidencia de cáncer en el mundo aumente a 22 millones de casos anualmente, con un incremento de la mortalidad en igual período de 13 a 14 millones de personas con esa terrible dolencia.23,24 Nuestro pensador de alcance universal, José Martí Pérez, sentenció que… "La medicina verdadera no es la que cura sino la que precave…" Estos preceptos tienen ahora una vigencia definitoria y permanente.
Este destacado facultativo de la Edad Media enumeró reglas que deben equilibrarse sobre la conservación y la prevención de la higiene del temperamento (medio interior); elección de los alimentos y las bebidas (higiene del medio ingerido); desinfección de las excreciones; higiene de la constitución (física); desinfección del medio inhalado (atmósfera); higiene de la indumentaria; higiene de la actividad corporal e higiene de la actividad mental.19
Escribió de la influencia positiva de la higiene y del baño frecuente en la salud de las poblaciones, de los efectos del ejercicio y del reposo sobre el cuerpo, regulando el calor innato según su frecuencia e intensidad, de la repercusión negativa del insomnio y la vigilia al "debilitar la digestión" e incrementar el apetito y de la necesidad del sueño reparador para reforzar las funciones naturales, la calidad de la digestión y de la sangre, induciendo el sudor para expulsar por la piel desechos, luego mejorar la relajación sensorial, e incluso olvidar sufrimientos mentales. También acotó la relación entre las perturbaciones de la mente y la respiración que desde la madre pudiesen afectar al embrión, pudiendo la ansiedad, el terror, el temor, la tristeza o el enfado producir enrojecimiento de la piel, entorpecer la respiración, causar síncope o muerte y provocar descontrol psíquico. Desarrolló la teoría de que las enfermedades deben explicarse según la estructura genética de cada individuo, su constitución y conformación, las facultades que posee y los factores del medio ambiente.

Es impresionante saber que este científico y creador consagró páginas del Canon a la protección y a la salud de los niños, reiterando en ellos la importancia de su alimentación, e inclusive de la lactancia y sus beneficios, así como de la cultura física desde edades tempranas como mejores medios para prevenir enfermedades. Todo ello sentó las bases para que en numerosos artículos de actualidad se hagan sugerencias sobre las modificaciones del estilo de vida en el hombre, el control de los factores de riesgo de enfermedades y especialmente sobre el cumplimiento de una actividad física planificada. Explicó la naturaleza y el destino de ciertos medicamentos: La estricnina, la belladona, los anestésicos, entre otros, lo que sirvió de base para el buen desarrollo de una amplia y variada farmacopea actual. Por otra parte, citó la influencia en el bienestar de salud y en la calidad de la digestión, de los alimentos, de las bebidas (calientes o frías), de sustancias corrosivas e irritantes y de los venenos de víbora, del plomo y del cianuro. "La mayoría de las enfermedades son causadas únicamente por una serie prolongada y continuada de errores en la dieta y en el régimen", citó. Clasificó los alimentos, informó los beneficios de la yema de huevo, de las frutas, los cereales, el pan, el queso, la leche, la lenteja, de los vegetales como la lechuga o la berenjena y de las carnes de pato, pescado, caballo, ternera y cordero, sugiriendo consejos dietéticos saludables. Estos sanos consejos y recomendaciones para una correcta alimentación, con restricción calórica, hoy son cada vez más necesarios cuando en muchas regiones del planeta existe un incremento de la morbilidad y mortalidad por dolencias clínicas relacionadas con la obesidad, las hiperlipidemias, la diabetes mellitus o la desnutrición proteico-calórica y la avitaminosis. Además, hizo reflexiones sobre las propiedades antisépticas del alcohol, recomendando lavar las heridas con vino.
Su segunda obra enciclopédica fue "El libro de la curación", destinado a "sanar el alma" y a fortalecer y ennoblecer al hombre, la que redactó al ritmo fabuloso de casi 50 páginas diarias. Avicena , por otra parte, escribió otra obra impactante: "Poema didáctico", colección de 1313 versos que facilitaban el aprendizaje de la Medicina, consideramos que ésta tenía el inconveniente de ser muy teoricista e incurría en el error del dogmatismo, del esquematismo y de la repetición de ideas o frases, sin embargo, como ya hemos acotado, dejó claro que todo lo aprendido debía después ser aplicado a la práctica, equilibrándose entonces su mensaje científico.

Pensó que el cuerpo humano es mortal, finito y que sólo la ignorancia haría sentir temor por la muerte. Sus estudios de Psicología fueron también influidos por Aristóteles y Platón, relacionó el alma con la reproducción, el crecimiento, la nutrición, la percepción, la deducción y el movimiento, existiendo una relación de influencia bidireccional entre ellas.10,13 Dictó su teoría sobre la percepción con los sentidos externos sobre la vista, tacto, olfato, gusto, sonido y del vínculo de las terminaciones nerviosas con el cerebro.

A su vez señaló que ciertos "sentidos internos" como intelecto, memoria, imaginación, fantasía, intenciones, connotaciones y estima, igualmente se localizaban en las estructuras cerebrales. Entre otros descubrimientos de este genio universal encontramos la primera descripción de las meningitis, del ojo y sus partes, incluyendo el quiasma, el nervio óptico y las cataratas, así como observaciones relacionadas con la distinción entre la mediastinitis y la pleuresía y sobre lesiones de la piel. Por otra parte, hizo importantes contribuciones a la Anatomía, Pediatría y Ginecología, estudiando el sistema circulatorio, especialmente decenas de variantes del pulso, los ventrículos, las valvas de la válvula aórtica, su apertura y cierre, además la contracción muscular, la percepción del dolor por los nervios, describió una prueba para comprobar la permeabilidad del conducto naso-lagrimal e incluso practicó la traqueostomía y se especializó en el método de la percusión para diagnosticar, el cual fue después redescubierto por el vienés Leopold Auenbrugger (1722-1809). Explicó la naturaleza contagiosa de la lepra y de la tisis o tuberculosis, o que paradójicamente se demostró en 1865 y luego, en 1882, fue descubierto el agente transmisor de esta última por el bacteriólogo alemán Robert Koch. Increíblemente hizo un análisis del "aumento de los azúcares en la sangre" que marcó pautas para la fundamentación científica de la diabetes mellitus en Europa 800 años más tarde. Describió la viruela y el sarampión, que no se conocían hasta entonces.
Las obras y la creación de Avicena fueron traducidas del árabe por Domingo Gundisalvo en Toledo, España en el año 1180 y al francés por Vattier. El Canon se tradujo al latín en Venecia por el italiano Gerardo de Cremona en los años 1563-1564, se publicó en árabe en el año 1593, con traducción al inglés en el 1930 por Cameron Gruner;6,13 fue gratamente considerado como "la Biblia de la Medicina". Avicena mereció el nombre de "Príncipe de los médicos" y en Oriente le llamaban "Al- Shaij al Rais" ("el primero de los sabios").
En varios países de Europa y Asia se han erigido monumentos en su honor y hasta museos, escuelas o accidentes geográficos (picos o elevaciones) llevan su digno nombre.

 

Hildegarda de Bingen

3.jpg
1691167433068.png

Hildegarda de Bingen (1098-1179): Abadesa y mística alemana que escribió sobre medicina y los remedios naturales.
Que una mujer haya sido la primera en describir el orgasmo femenino quizás no sorprenda, hasta que te enteras de que lo hizo en 1151, una época en la que eran los hombres quienes narraban la realidad.
Que lo haya hecho una monja benedictina del Sacro Imperio Romano Germánico quizás sí sorprenda, hasta que recuerdas que durante muchos siglos tomar los hábitos era una de las mejores opciones para las mujeres de las clases altas que quisieran tener el tiempo y los medios para pensar.
Eso no quiere decir que Hildegarda de Bingen haya escogido esa vida: como hija de una familia noble de origen germano, su destino fue determinado por sus padres desde temprana edad.
Pero si bien es cierto que el que la hubieran entregado a la religión implicaba que recibiría una educación más rica, nada de su entorno o momento histórico se prestaba para que se convirtiera en un ser tan excepcional.

A pesar de que todo estaba en su contra por ser mujer en la Edad Media y pasar la mayor parte de sus más de 80 años de vida encerrada en monasterios, Hildegarda llegó a ser una renacentista antes del Renacimiento.
Su obra abarcó desde lo espiritual hasta campos como cosmología, medicina, biología y botánica.

Creó la Lengua Ignota o lengua desconocida, el primer idioma artificial de la historia.
Fue además una visionaria extática, una poetisa y una artista visual.
Cuando el silencio de las mujeres se extendía a la Iglesia, donde sus voces no podían ser escuchadas, ella compuso innovadoras obras musicales, que fueron redescubiertas en 1979 -800 años después de su muerte-, y hoy son célebres y muy celebradas.
Y en ese siglo XII, cuando las directrices de la Iglesia reservaban a su género un papel subalterno, no sólo fundó sus propios monasterios, sino que predicó fuera de ellos, con permiso del Papa, algo sin precedentes, e interpretó la Biblia, potestad exclusiva de los hombres.
Venerada desde antes de morir, y adorada como santa antes de que ser canonizada en 2012, es además una Doctora de la Iglesia, un título otorgado a ciertos santos en razón de su erudición.


¿Cómo lo logró?

Arriesgándose... mucho.
Cuando su mentora murió y ella tomó su lugar de abadesa en el pequeño convento anexado al monasterio de Disibodenberg, lo que había sido un secreto fue compartido por instrucción divina: desde que tenía 3 años de edad tenía visiones. Pero en una reciente Dios le había ordenado transcribir lo que le mostraba.
No obstante, contó, inicialmente se rehusó a hacerlo "no con terquedad, sino en el ejercicio de la humildad, hasta que, derribada por el azote de Dios, caí sobre un lecho de enfermedad".
Ante tal castigo divino por no obedecer, "hablé y escribí estas cosas, no por invención de mi corazón o de cualquier otra persona, sino por los misterios secretos de Dios que escuché y recibí en los lugares celestiales.
"Y de nuevo oí una voz del cielo que me decía: 'Habla, pues, de estas maravillas, y escribe y dilas de la forma en que te fueron enseñadas'".
Así que no era ella -quien afirmaba ser no más que una paupercula fémina (pobre mujer) sin mayores dotes intelectuales que los recibidos de la gracia divina- sino un designio del Señor lo que la impulsaba a comunicar las revelaciones de sus episodios místicos que describía como "el flujo abismal de los misterios de Dios".
Cuando estaba en el proceso de escribir su primera obra, "Scivias", el papa Eugenio III se enteró y ordenó una investigación.
En esa época, y muchas después, las mujeres que hablaban de lo que no les correspondía terminaban en la hoguera: ¿era una auténtica visionaria o una simple pecadora sometida al poder de Satán?
Por suerte, y por ingenio, el dictamen fue que sus visiones eran fruto del Espíritu Santo, de tal manera que obtuvo la libertad de expresar, sin tapujos pero con astucia, todo lo que tenía en su mente.
Pontífices y emperadores de distintos territorios europeos acudían a ella en busca de consejo espiritual y hasta predicciones de futuro.
En sus casi 400 cartas que sobreviven, hay desde humildes penitentes pidiendo curas para sus males hasta reyes en pos de asesoramiento político.
Con el tiempo, pudo escribir tratados científicos en los que ya no transmitía sus visiones sino lo que había aprendido a través de su observación de la naturaleza, sin ser acusada de brujería y censurada, o escandalizar a nadie lo suficiente para impedírselo.

En uno de ellos, "Cause et cure", abordó el tema de la sexualidad, sin juicios morales.
Y, a diferencia de escritores como su contemporáneo Constantino el Africano, quien en su "De coitu" describió toda clase de placeres carnales sin mencionar a la mujer ni una sola vez, Hildegarda habló sin reparos tanto de la experiencia masculina como la femenina.
Aunque exhaltaba la castidad, no por eso denigraba el matrimonio y la procreación. Y mucho menos a las mujeres, a pesar de que pasó su vida describiéndose como una mera "pluma en el aliento de Dios".
"La mujer podrá estar hecha del hombre, pero el hombre no se puede hacer sin una mujer".
Es más, lo que había ocurrido en el Jardín del Edén había sido culpa de Satán, no de Eva.
Celoso de que ella tenía el poder de dar la vida, había envenenado el fruto de la tentación y Eva, tan humana como Adán, no había podido resistirse.
Y la sangre que verdaderamente manchaba no era la de la menstruación sino la que se derramaba en las guerras.
Así fue allanando el camino para llegar a afirmar que el sexo no era fruto del pecado, y el placer sexual era cosa de dos:
"Tan pronto como la tormenta de la pasión se levanta con un hombre, es arrojado en ella como un molino".
"Sus órganos sexuales son entonces, por así decirlo, la fragua a la que la médula entrega su fuego. Esa fragua luego transmite el fuego a los genitales masculinos y los hace arder poderosamente".
Y su pareja está lejos de ser un recipiente insensible.
"Cuando la mujer se une al varón, el calor del cerebro de ésta, que tiene en sí el placer, le hace saborear a aquél el placer en la unión y eyacular su semen.
"Y cuando el semen ha caído en su lugar, ese fortísimo calor del cerebro lo atrae y lo retiene consigo, e inmediatamente se contrae la riñonada de la mujer, y se cierran todos los miembros que durante la menstruación están listos para abrirse, del mismo modo que un hombre fuerte sostiene una cosa dentro de la mano"

 

Renacimiento

Andreas Vesalius

8.jpg
Man_dressed_in_Black_by_Calcar_(Hermitage).jpg

Andreas Vesalius (1514-1564): Anatomista flamenco que revolucionó el estudio de la anatomía humana con su obra "De humani corporis fabrica".
Andrés Vesalio, la forma latinizada del nombre Andries van Wesel, nació en Bruselas, Flandes, que por entonces, formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico, actual Bélgica, 31 de diciembre de 1514, anatomista flamenco, procedía de una estirpe renana consagrada en sus últimas generaciones al servicio médico de los emperadores de Alemania. Recibió su primera educación en Bruselas y Lovaina donde, entre otras materias, aprendió latín y griego. Admiró desde pequeño la obra biológica de Alberto Magno y tuvo cierta tendencia a la disección de animales.
Su padre Andries, era hijo ilegítimo del médico real del emperador Maximiliano I, Everard Van Wesel. Andries sirvió también a Maximiliano como boticario, y luego a su nieto Carlos V, como valet de chambre. Animó a su hijo a seguir la tradición familiar y lo inscribió en la Escuela de los Hermanos de la Vida Común, en Bruselas, donde Vesalio aprendió griego, árabe, hebreo y latín. En 1528, Vesalio ingresó a la Universidad de Lovaina (Pedagogium Castrensis) como estudiante de artes pero, cuando su padre fue nombrado valet de chambre, en 1532, prefirió seguir estudios de medicina en la Universidad de París, ciudad a la que se trasladó en 1533. Allí estudió las teorías de Galeno, bajo la dirección de Jacobus Sylvius y de Jean Feme.

​

Fue en esa época cuando empezó a interesarse por la anatomía y para mejorar sus conocimientos sobre osteología se proveía de huesos en el Cementerio de los Inocentes.
Se vio obligado a abandonar París en 1536, a causa de la guerra entre Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico, y regresó a Lovaina. Allí completó sus estudios bajo la dirección de Johannes Winter von Andernach, y se graduó al año siguiente. Permaneció en Lovaina poco tiempo, a causa de una disputa con su maestro. Se instaló transitoriamente en Venecia y en 1536 se trasladó a la Universidad de Padua, donde se doctoró, en 1537. Se graduó magna cum laude el 5 de diciembre de 1537, a los 23 años de edad. Al día siguiente de su graduación fue nombrado explicador chirugiae, el equivalente catedrático de Cirugía y Anatomía, en la misma Universidad y empezó a dar conferencias a los estudiantes. Impartió también lecciones en las universidades de Bolonia y de Pisa.

Su método de enseñanza era revolucionario: tradicio-nalmente el profesor enseñaba leyendo los textos clásicos (principalmente la obra de Galeno) y su exposición era seguida de la disección de un animal, realizada por un barbero-cirujano bajo la dirección del profesor; Vesalio, en cambio, convirtió la disección en la parte más importante de la clase, llevándola a cabo por sí mismo, rodeado por sus alumnos.
Para Vesalio, la observación directa era la única fuente fiable, lo que suponía una importante ruptura con la práctica medieval, basada fundamentalmente en los textos. Para sus demostraciones prácticas de anatomía, Vesalio rompió con la tradición y él mismo hacía sus disecciones, en lugar de confiárselas a un cirujano.

Recopiló sus dibujos de anatomía, para uso de sus estudiantes, en tablas anatómicas ilustradas. Cuando descubrió que algunos de ellos estaban siendo copiados, los publicó en 1538 con el título de Tabulae Anatomicae Sex (Venecia, 1538). Tres láminas osteológicas fueron realizadas por Kalkar, a instancias suyas; tres relativas a visceras (hígado, porta y genitales; hígado y cava; corazón y aorta) las realizó él mismo. En 1538, publicó una obra sobre la flebotomía o sangría, que era en la época un tratamiento que se aplicaba a casi cualquier enfermedad, existiendo un debate acerca de cuál era el lugar más adecuado para la extracción de sangre. El procedimiento defendido por Galeno, consistía en extraer la sangre de un punto cercano al de la localización de la enfermedad. Sin embargo, la práctica musulmana y medieval prescribía extraer menor cantidad de sangre de un punto más distante. La obra de Vesalio apoyaba la opinión de Galeno, basando sus argumentos en diagramas anatómicos.
En 1539, un juez de Padua, interesado por los trabajos de Vesalio, hizo que se le facilitasen los cadáveres de los criminales ejecutados, para la disección. Esto le permitió mejorar sus diagramas anatómicos.

En 1539, con el fin de aportar claridad a una polémica sobre la sangría en las afecciones neumónicas monolaterales, el médico de Carlos V, Nicolás Florena, encargó a Vesalio un exploración disectiva del sistema venoso endotorácico. Descubrió así, la vena ácigos mayor y su desembocadura en la vena cava superior (si seguimos la idea galénica de la circulación de la sangre, sería el origen y no el final). Publicó los resultados ese mismo año [Epístola docens venam axillarem dextri cubiti in dolre laterali secandam) y también aceptó el encargo de la Giunta, una afamada casa editorial veneciana, para revisar la edición latina de varios escritos anatómicos de Galeno, concordando con una de las características del Renacimiento: revisar y corregir.

Concluyó el trabajo apenas un año después.

En 1539, publicó una versión actualizada del vademécum anatómico de Galeno, Instituciones Anatomicae.
Todas estas actividades fueron muy apreciadas por el claustro de profesores y por los estudiantes. En el documento oficial que prorroga el nombramiento de Vesalio, se dice claramente que «había suscitado gran admiración entre todos los estudiantes». El estrecho contacto con Galeno a través de sus obras, le llevó a darse cuenta de que dejaba traslucir en sus escritos su experiencia disectiva con monos.
Al comprobar personalmente en las disecciones tantos errores, en 1541, mientras estaba en Bolonia, Vesalio descubrió que las investigaciones de Galeno estaban basadas en la disección de animales, y no de seres humanos. Como la disección humana había estado prohibida en la antigua Roma, Galeno había disecado en su lugar, monos de Berbería, creyendo que serían anatómicamente similares al ser humano. Vesalio abandonó entonces, al indiscutible Galeno de la enseñanza de la anatomía. El hecho causó cierto revuelo en el claustro de Papua, pero Vesalio se comprometió a escribir un nuevo tratado de anatomía.
Vesalio, apoyándose en sus propias observaciones, publicó una corrección de las Opera omnia de Galeno, y comenzó a escribir su propio texto de anatomía. En 1543, ya estaba redactado su conocido De humanicorporisfabrica libri septem (Sobre la estructura del cuerpo humano). Dicha obra puede considerarse como el primer tratado moderno de anatomía, tanto por su claridad como por el rigor expositivo de sus contenidos y uno de los libros más influyentes sobre anatomía humana. Basó sus estudios anatómicos en la observación directa, rechazando algunos errores anatómicos presentes en la obra de Galeno, por lo que es considerado el fundador de la anatomía moderna. Deben resaltarse especialmente los grabados de la Fabrica vesaliana. Son magníficos por su calidad, su exactitud anatómica, y la elegante y un poco teatral belleza que supo darles su autor, los de Jan Stefan van Kalkar, así como por su gran número, más de trescientos dibujos.
Los siete libros o partes de que se compone la Fabrica se consagran, los dos primeros, a la exposición de los que pueden llamarse sistemas constructivos del organismo (huesos y cartílagos, ligamentos y músculos); los libros tercero y cuarto tratan de los sistemas conjuntivos: venas, arterias y nervios; los tres últimos se ocupan de la descripción morfológica de los órganos de la nutrición y generación y de los instrumentos de la facultas vitalis, cerebro y sentidos. En la descripción de los órganos internos, la exposición de Vesalio es nueva, renovadora en la explicación anatómica. Además de saber más y mejor la anatomía, Vesalio enseña a saberla de otro modo, el modo correspondiente a la intuición renacentista de la realidad visible, en general, y del cuerpo humano, en particular.


También en 1543 , terminó el Epitome, una especie de Fabrica compendiada para uso de los estudiantes. El texto, al que se unieron trescientas planchas grabadas en madera por Kalkar. La Fabrica iba dedicada al emperador Carlos V y el Epitome al que después sería Felipe II. Vesalio tenía entonces 29 años. La obra originó una reacción airada de algunos galenistas. Uno de los que le atacó ferozmente fue su maestro parisino Jacobo Silvio, quien le propinó calificativos como desvergonzado, impío, calumniador e ignorante.
Vesalio, impertérrito, continuó provocando controversias, esta vez no demostrando los errores de Galeno, sino de Mondino de Liuzzi, e incluso de Aristóteles: los tres habían hecho suposiciones acerca de las funciones y estructura del corazón que eran claramente erróneas. Por ejemplo, Vesalio descubrió que el corazón tenía cuatro cavidades, que el hígado tenía dos lóbulos y que los vasos sanguíneos comenzaban en el corazón, y no en el hígado.
Andrés Vesalio regresó a Padua pero, siguiendo la tradición familiar fue requerido por Carlos V para que formara parte de su servicio médico; por tanto, marchó a Bruselas.

Allí se casó, ejerció la medicina y escribió. Publicó un opúsculo sobre el uso de la raíz de China o zarzaparrilla, donde aprovechó para defenderse de quienes le atacaban por abandonar a Galeno. Mientras preparaba la segunda edición de la Fabrica (1551), también acompañaba al emperador en sus viajes; siendo su función la de médico "internista" y no de cirujano.
Tras abdicar Carlos V, en 1556, pasó al servicio de Felipe II, traslandándose a Madrid en 1559. Su estancia no fue demasiado grata por un desgraciado acontecimiento con el Infante, las relaciones con el resto de los médicos de la casa real y, quizás, por la ausencia de cadáveres para disección. Tuvo en España, sin embargo, ardientes defensores como Pedro Jimeno y Luis Collado, profesores en la Universidad de Valencia.
En 1556, obtuvo el título de Conde Palatino, y tras la abdicación del Emperador continuó prestando sus servicios en la corte de Felipe II, por lo que residió en España la mayor parte del tiempo.

Un importante episodio de su labor profesional, como cirujano, es su intervención en el tratamiento de la herida sufrida por el príncipe Carlos.
En 1561, encontrándose en Madrid, fue juzgado por un tribunal de la Inquisición y condenado a muerte por haber iniciado una observación anatómica interna en un hombre vivo. Felipe II logró que le fuera conmutada la pena por una peregrinación a Jerusalén, pero durante el viaje de regreso su barco naufragó cerca de la isla griega de Zante, a donde le arrastraron las aguas y en la que murió, el 15 de octubre de 1564.
Cinco puntos se destacan como los más significativos en el gran aporte que Andrea Vesalio hizo a la enseñanza y aprendizaje de la anatomía humana.
1o Sustituye la anatomía libresca de Galeno por otra más fiel a la realidad y basada en su propia experiencia de disector. A Vesalio puede calificársele de disector, profesor, demostrador y dibujante. 2o Corrige casi todos los errores descriptivos de Galeno. Las descripciones de Vesalio se refieren a la disección del cuerpo humano, no al cuerpo del mono o del perro. 3o Añade muchos descubrimientos nuevos. 4o Describe con claridad las partes anatómicas del cuerpo humano; 5o Utiliza con esplendidez, belleza y eficacia inéditas, la ilustración anatómica.

 

Paracelso

7.jpg
copia-del-retrato-de-paracelso-realizado-por-el-artista-quentin-matsys-museo-del-louvre_3c

Paracelso (1493-1541): Médico suizo-alemán que desafió las teorías médicas tradicionales y es considerado uno de los padres de la toxicología.
Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, también conocido como Paracelso, es uno de los personajes más contradictorios de la historia de la medicina. Su figura dicotómica envuelve lo medieval y renacentista en su pensamiento: en medicina, siempre buscó lo nuevo y se enfrentó a la autoridad tradicional, mientras que su concepción astrológica y mística fue más medieval que los médicos de aquella época

Paracelso nació en Einsiedeln, Suiza, el 10 de noviembre del año 1493 en pleno Renacimiento europeo donde se dio un auge en el estudio de la anatomía humana y en la observación de la naturaleza. Fue contemporáneo a los grandes reformadores de la Iglesia que provenían de Alemania y Suiza.

Pese a los grandes cambios que se estaban llevando en esa época, la Iglesia y el Estado continuaban con la “cacería” de brujas que se había iniciado en la Edad Media. Incluso, entre la comunidad médica se mantenía la creencia sobre el origen demoníaco de las enfermedades, ideas que el mismo Paracelso comenzó a rebatir desde muy temprana edad. Para él, por ejemplo, “las enfermedades mentales no guardan relación alguna con malos espíritus o con diablos, uno no debe estudiar cómo exorcizar al diablo, sino como curar al insano”, decía.
Su padre era médico y, al parecer, gracias a él se interesó por la naturaleza, especialmente por aquellos aspectos relacionados con la mineralogía, la alquimia y la medicina popular. A los ocho años de edad su familia de trasladó a los Alpes austríacos, a Villach, junto a una abadía de los benedictinos. Recibió su primera educación de los monjes del monasterio. Primero estudió las artes liberales para luego dedicarse a la medicina. Con ese propósito se fue a Ferrara, en Italia. Allí se tituló de doctor y, siguiendo la costumbre de la época, latinizó su nombre y eligió el de Paracelsus.
Al titularse, a los 23 años aproximadamente, ya tenía una gran experiencia en la observación de los enfermos. Se convenció de que “el arte de sanar” había que buscarlo en la naturaleza y no en los libros, por lo que él “debía salir y recorrer el mundo para conocer las enfermedades y las medicinas naturales que usaban los campesinos, artesanos, barberos y mujeres de pueblo para curarlas”.
Fue así como inició un largo viaje por Europa en busca del conocimiento de la alquimia, antigua práctica protocientífica que combinaba elementos de la química, física, astrología, arte, semiótica, metalurgia, medicina y misticismo. A pesar de que estas prácticas eran usadas fuera de lo que actualmente se conoce como método científico, la alquimia puede considerarse como la precursora de la moderna ciencia química antes de la formulación del método científico.

Viajó a Moscú y desde allí, descendiendo a través de Kiev por los Balcanes, llegó a Asia Menor y Egipto. Sus 12 años de peregrinación terminaron cuando regresó a Villach, pasando antes por Italia. Él decía que "todas las praderas y los campos, todas las montañas y colinas son farmacias. Quien quiera investigar la naturaleza, debe recorrer sus libros con los propios pies. Los escritos se descifran por medio de sus letras, pero la naturaleza se descubre, yendo de tierra en tierra, y considerando a estas, tan pronto como tierras, tan pronto como páginas. Así como en el Codex Naturae, es menester dar vueltas a sus hojas”.

Sus investigaciones se volcaron sobre todo en el campo de la mineralogía, produjo medicamentos con la ayuda de los minerales para destinarlos a la lucha del cuerpo contra la enfermedad. Además, estudió y descubrió las características de muchas enfermedades como sífilis, bocio, entre otras y para combatirlas se sirvió del azufre y el mercurio.

A los 30 años escribió su primera obra Paramirum donde analizaba las causas generales de las enfermedades. En este libro se une su lado místico y astrológico, lo que dio como resultado una especie de antropología médica.

En sus últimos años, su espíritu viajero lo llevó a Egipto, Arabia, Constantinopla y en cada lugar que visitó aprendió algo nuevo sobre medicina. Luego de viajar por 10 años regresó a Austria en 1524 donde se convirtió en El gran Paracelso. Fue designado como médico del pueblo y profesor de la Universidad de Basel, donde publicó un manifiesto en el que expresaba su disconformidad con la medicina hipocrática y galénica. Impartió clases basándose en su experiencia y junto a la cama de los enfermos. Frente al latín utilizaba la lengua vernácula y admitía entre sus alumnos a barberos cirujanos, lo que no era muy bien visto por sus pares. A pesar de ello, estudiantes y estudiosos de toda Europa concurrían a escucharlo.
Paracelso postulaba que el conocimiento debía estar al servicio de la humanidad, permitiéndole entender y ser parte de la naturaleza que lo rodeaba y del universo que lo contenía.

Después de su último peregrinaje se estableció en Alsacia, donde publicó el Paragranum, uno de sus libros más importantes. En aquella ciudad, retomó la medicina y se dedicó a plasmar sus conocimientos en sus últimas obras. El príncipe Ernesto de Baviera le ofreció radicarse el Salzburgo, donde murió en 1541.

Dentro de sus aportes se cuentan la descripción de la pneumoconiosis; el descubrimiento de la relación entre cretinismo y bocio; y el empleo del hierro y otras sustancias inorgánicas en la terapéutica. Además, introdujo la noción de enfermedades metabólicas y la idea de sustancias químicas con fármacos específicos.
Gracias a Paracelso, por primera vez entró en escena el pensamiento alemán en la historia de la medicina. Fue el iniciador de la química farmacológica e incluso se adelantó dentro de la medicina hacia las ciencias naturales en su época.

 

Siglo XVII y XVIII

William Harvey

7.jpg
harvey.jpg

William Harvey (1578-1657): Médico inglés que describió correctamente la circulación de la sangre y el papel del corazón.
En 1582, John Lumley donó al Royal College of Physicians los fondos necesarios para contratar un Profesor de Anatomía, con el fin de efectuar las 4 disecciones al año de cadáveres humanos que el Edicto Real de la Reina Isabel permitía, para mejorar las bases académicas de la práctica de la cirugía. Este profesor tenía la obligación de dar una conferencia anual sobre sus estudios a los miembros del College, lo que se conoce como la "Lumleian Lecture".
El cuarto Lumleian lecturer fue William Harvey, quien el 17 de abril de 1616, hace exactamente 400 años, presentó por primera vez a los miembros del Royal College su revolucionario descubrimiento de que la sangre circulaba, bombeada por el corazón, y que no se generaba ininterrumpidamente en el hígado a partir de los alimentos, como se había sostenido desde Galeno por casi 1500 años. En 1628, Harvey plasmó sus ideas y observaciones experimentales, en latín, en un libro de 72 páginas y tosca impresión, conocido como "De Motu Cordis".
El descubrimiento de la "Circulación de la Sangre" es uno de los más grandes descubrimientos científicos de todos los tiempos y constituye la base de la observación experimental, como la conocemos hasta hoy. Pero, previamente, debieron caer mitos y creencias, como que las arterias contenían aire y que el tabique interventricular estaba perforado, entre otras, y establecerse verdades, por lo que es posible reconocer un continuo que parte con Galeno mismo, siguiendo con Vesalio, Servet, Colombo, Cesalpino y Fabricius Ab Aquapendente, hasta llegar a Harvey.
Harvey, al morir, siguiendo la senda de Lord Lumley, legó sus bienes más preciados al Royal College of Physicians y efectuó una donación a este, para una conferencia y banquete anual, la "Harveian Oration". Ambas, la Lumleian Lecture y la Harveian Oration, en la más fina tradición inglesa, se mantienen hasta el día de hoy.

 

Edward Jenner

3.jpg
Edward_Jenner.jpg

Edward Jenner (1749-1823): Médico inglés que desarrolló la primera vacuna (contra la viruela), sentando las bases para la inmunología.
Edward Jenner (1749-1823) fue un médico y científico inglés. En 1796, tras años de experimentos y observaciones, logró probar científicamente que el virus de las vacas enfermas de viruela podía inmunizar a las personas, sin necesidad de que mediara el animal. En los años posteriores, se convirtió en defensor y propagador de este método preventivo.
Luego de que Jenner diera a conocer los resultados de su investigación comenzó a difundirse la vacuna científica a lo largo del mundo. En Chile, la labor de propagación de este método fue asumida principalmente por la Junta Central de la Vacuna y el cuerpo médico, el que debatió durante años con quienes se oponían a la vacuna. Los médicos chilenos se refirieron al trabajo de Jenner en repetidas ocasiones para argumentar sobre la efectividad de la vacuna y su carácter científico. Uno de ellos fue el médico cirujano y diputado Adolfo Murillo, quien en un discurso sobre vacunación obligatoria pronunciado a la Cámara de Diputados en julio de 1883 defendió "el fluido jenneriano, como el más seguro de los medios para detener las endemias o epidemias variólicas" (Vacunación Obligatoria. Discurso pronunciado en la Cámara de Diputados.

El aporte de este médico inglés fue también reconocido y homenajeado por las sociedades científicas chilenas. En 1896, en el marco de la celebración del primer centenario del descubrimiento de Jenner, estas sociedades acordaron realizar una "velada literario-musical, como el mejor medio de hacer participar á la sociedad entera de la conmemoración proyectada, dándose así el impotente carácter que merece la obra humanitaria de Jenner" (1796-1896. A Eduardo Jenner. Homenaje de las sociedades científicas de Chile, p. 5).
En el contexto de estas celebraciones, las sociedades científicas publicaron una compilación de discursos ofrecidos por sus miembros en homenaje al trabajo de Edward Jenner. En estos discursos, doctores de la Sociedad Médica, tales como Ricardo Dávila Boza (1852-1937) y Luis Ugarte Valenzuela, destacaron la labor del médico inglés y su valor para la medicina

 

Siglo XIX

Florence Nightingale

8.jpg
Florence_Nightingale_(H_Hering_NPG_x82368).jpg

Florence Nightingale (1820-1910): Enfermera británica que fundó la enfermería moderna y mejoró las condiciones sanitarias en los hospitales.

Inicialmente podríamos interrogarnos sobre el porqué de la necesidad de las teorías y modelos para la enfermería como paso previo para la aplicación de estos en la práctica. La teoría proporciona una base científica de conocimientos para poder llevar a la práctica nuestro trabajo, nos fundamenta y nos enseña a actuar como sentido. Es capaz de describir, explicar, predecir y controlar los fenómenos. (5 Profundizando sobre la cuestión se observa que la teoría ayuda a analizar los hechos, además de potenciar adecuar la práctica de los cuidados y la investigación de enfermería.
La teoría de Nightingale se centra en el entorno. Murray y Zentner definen entorno como el cumulo de «todas las condiciones e influencias externas que afectan a la vida y al desarrollo de organismo y son capaces de evitar, suprimir o contribuir a las enfermedades, los accidentes o la muerte». (6 Aunque Nightingale jamás menciono el término entorno de forma explícita en sus escritos, definió y escribió en detalles los conceptos de ventilación, calor, luz, dieta, limpieza y ruido, todos ellos componentes de dicho entorno.

Fitzpatrick y Whall describieron la teoría de Nightingale como la suma de «todos aquellos elementos externos que influyen en la salud de las personas sanas o enfermas», en lo que se incluía «todo, desde los alimentos y flores del paciente hasta las interacciones verbales y no verbales con que se expresa». Casi ningún elemento escapaba de su definición de entorno. 
Si bien Nightingale definió a menudo con precisión los conceptos que manejaba, no separo específicamente el medio del paciente de los aspectos físico, emocionales o sociales, aparentemente suponía que todo ello formaba parte del entorno. Nightingale creía que para mantener una atención sanitaria adecuada era necesario disponer de un entorno saludable. Su teoría de los cinco componentes esenciales de la salud ambiental (aire puro, agua pura, alcantarillado eficaz, limpieza y luz) siguen manteniendo su vigencia hoy día.
Componentes esenciales en la Teoría de Nightingale
La ventilación apropiada del paciente era aparentemente una de las principales preocupaciones de Nightingale, aconsejaba siempre a las enfermeras «mantener el aire que se respira tan puro como el exterior, sin que el paciente se enfrié» ( La arquitectura moderna ha dado paso a preocupaciones ambientales de nueva índole. Las enfermeras se han de cuestionar si los modernos edificios provistos de controles automatizados del entorno cumplen el principio de buena ventilación de Nightingale. Debido al alza en la comunidad de pacientes enfermos y el alto índice de morbilidad de la población existen hoy servicios hacinados en los hospitales por lo que la ventilación se ve afectada, es preocupación de la enfermera en este punto donde debe velar por la aparición de infecciones respiratorias constituyendo un nuevo reto para las enfermeras.

La luz también era muy relevante en la teoría de Nightingale. En particular consideraba la recuperación de la luz solar directa como una necesidad especifica de los pacientes, y anoto en sus escritos que «la luz tiene efectos reales y tangibles sobre el cuerpo humano… ¿Quien no ha observado el efecto purificador de la luz, especialmente la del sol, en el aire de una habitación? Comprendiendo la veracidad de su planteamiento podemos afirmar que resulta casi imposible cumplir con lo descrito en su teoría en el 100 por ciento de los pacientes, según sus características.

Otro componente crítico de la teoría ambiental de Nightingale es la limpieza.8 Este concepto se refería tanto al paciente como a la enfermera en un entorno físico. Advirtió así que un entorno sucio (suelos, alfombras, paredes, camas y sabanas) era fuentes de infección por la materia orgánica que contenía. Incluso en zonas bien ventiladas la presencia de materia orgánica podía generar suciedad en el entorno, por tanto, se requería una evacuación apropiada de las evacuaciones corporales y un sistema de alcantarillado para evitar la contaminación del entorno, defendía la necesidad de bañar a los pacientes con frecuencia (incluso diariamente), instaba a las enfermeras a mantener una limpieza regular tanto corporal como de sus ropas, y a lavarse las manos con mucha frecuencia. (En la actualidad la higiene y el tratamiento de las aguas han permitido controlar fuentes tradicionales de distintas afecciones, la enfermera de hoy cumple con lo planteado por Nightingale diariamente practicando lavado de manos frecuentes, velando por la higienización del ambiente en limpiezas generales, ayudando al paciente encamado en el aseo de cavidades etc.

Nightingale incluyo los conceptos de calor, tranquilidad y dieta en su teoría ambiental. Además de sus exposiciones sobre la necesidad de ventilar las habitaciones y las casas, ofreció una descripción de cómo medir la temperatura corporal del paciente por medio de la palpación de las extremidades para evaluar la perdida de calor. (8 Mostró también su preocupación por la dieta del paciente. (8 En este sentido, instruyó a las enfermeras para que no se limitaran a vigilar que se siguiera la dieta sino también los horarios de comidas y su efecto en el paciente. En definitiva, instruía a las enfermeras para que manipularan permanentemente las condiciones del entorno y mantuvieran al paciente ventilado y con calor suficiente usando un buen fuego, abriendo las ventanas y modificando su colocación dentro de su sala. Nuestro país posee una ubicación ecuatorial donde el calor es propio de la temperatura ambiental no pudiendo la enfermera modificar este aspecto, pero si interfiere el personal de enfermería en el descanso apropiado de los pacientes y en la nutrición adecuada a través de labores educativas realizadas diariamente.

El ruido innecesario y la necesidad de tranquilidad eran también aspectos conceptuales que habían de ser evaluados y controlados por las enfermeras. (Nightingale opinaba, que en el entorno (sala), la enfermera debía evitar el ruido creado por actividades físicas, ya que podía perjudicar al paciente. Hoy en día nuestros centros de atención sanitaria la capacidad de controlar de forma individual la temperatura de la habitación del paciente se hace cada vez más difícil, y por el mismo entorno se hacen más niveles de ruido derivado de las múltiples actividades en las ciudades y de la tecnología (equipos) que se usa para favorecer el proceso reparador en el paciente. Coincidiendo con lo planteado por Nightingale.

Otro componente interesante de la teoría de Nightingale es su definición o descripción de los aspectos de «gestión». (8 La enfermera se encargaba tanto del control del entorno físico como del administrativo. En este sentido, el control del entorno tenía como objetivo proteger al paciente de posibles perjuicios físicos y psicológicos. Así como creía que la enfermera había de responsabilizarse de la situación del entorno incluso cuando no estaba presente físicamente, ya que debía supervisar las actividades de todos los que siguieran trabajando en su ausencia.
Contribución en la enfermería

La más duradera contribución de Florence Nightingale fue su rol en la fundación de la enfermería moderna como profesión. Ella estableció los parámetros de compasión, dedicación, el cuidado del paciente, diligencia y cuidado en la administración hospitalaria.
Legado y memoria
La campaña a favor de la declaración Florence Nightingale, impulsada a través de la iniciativa Nightingale para un Mundo saludable, promueve la toma de conciencia mundial acerca de las cuestiones que motivaron el trabajo de Florenceꓽ priorización a nivel social los temas sanitarios y de medicina preventiva, formación y apoyo a enfermeras y demás trabajadores de la salud, acceso a una nutrición equilibrada, a fuentes de agua potable, a una atención digna y a las medicinas, entre otros. 10 Lo único cierto es que Nightingale es aun reconocida como la brillante y creativa fundadora de la enfermería moderna y la primera persona que creó una teoría en este campo a lo largo de la historia.

Louis Pasteur

3.jpg
Louis_Pasteur.jpg

Louis Pasteur (1822-1895): Químico y microbiólogo francés conocido por sus descubrimientos en vacunación, fermentación y pasteurización.

El químico y microbiólogo francés, Louis Pasteur, nació el 27 de diciembre de 1822 en Dole, Francia. Hijo de Jean-Joseph Pasteur y Jeanne-Etiennette Roqui, obtuvo su título de Bachelor of Arts (1840) y Licenciado en Ciencias (1842) en el Royal College of Besançon y obtuvo un doctorado de la École Normale en París (1847).

Después de servir brevemente como profesor de física en Dijon Lycée en 1848, se convirtió en profesor de química en la Universidad de Estrasburgo, donde conoció y cortejó a Marie Laurent, hija del rector de la universidad, en 1849. Se casaron el 29 de mayo de 1849, y juntos tuvieron cinco hijos, de los cuales sólo dos sobrevivieron a la edad adulta y los otros tres murieron de fiebre tifoidea. Estas tragedias personales inspiraron a Pasteur para tratar de encontrar curas para enfermedades como la fiebre tifoidea.
Cerca de los 23 años hizo su primer descubrimiento: la actividad óptica de isómeros espaciales, describió el dimorfismo del ácido tartárico, al observar al microscopio que el ácido racémico presentaba dos tipos de cristal, con simetría especular. Fue por tanto el descubridor de las formas dextrógiras y levógiras que desviaban el plano de polarización de la luz con el mismo ángulo, pero en sentido contrario. Este hallazgo le valió al joven químico la concesión de la Legión de Honor, con solo 26 años de edad.
En 1854, Pasteur fue nombrado profesor de química y decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lille. Allí desarrolló una importante investigación sobre la fermentación alcohólica para mejorar las industrias vitivinícolas y cerveceras de la zona. La acidificación del vino y la cerveza había constituido un grave problema económico en Francia; contribuyó a resolver el problema demostrando que era posible eliminar los microorganismos, calentando las soluciones azucaradas iniciales hasta una temperatura elevada. Extendió sus estudios a otros problemas, como la conservación de la leche, y propuso una solución similar: calentar la leche a temperatura y presión elevada antes de su embotellado. Este proceso recibió el nombre de Pasteurización, proceso que actualmente garantiza la seguridad de numerosos productos alimenticios en el mundo.

​

Luego de resolver el problema de la industria vinícola, Pasteur fue contactado en 1865 por el gobierno francés para que ayudara a descubrir la causa de una enfermedad de los gusanos de seda, que estaba arruinando la producción. Demostró que dos parásitos estaban atacando los huevos sanos del gusano y las hojas con que se alimentaban, y que la enfermedad desaparecería al eliminar los microbios. Finalmente, desarrolló un método para prevenir su contaminación y pronto fue utilizado por los productores de seda en todo el mundo.

A través de sus experimentos, Pasteur, mostró que los microorganismos no se formaban espontáneamente, refutando así la teoría de la generación espontánea y demostrando que todo ser vivo procede de otro ser vivo anterior (Omne vivum ex vivo). Este principio constituye la base de la teoría germinal de las enfermedades y la teoría celular y significó un cambio conceptual y el inicio de la Microbiología Moderna.

El primer descubrimiento de la vacuna de Pasteur fue en 1879, con una enfermedad llamada cólera aviar. Después de exponer accidentalmente a los pollos a la forma atenuada de un cultivo, demostró que se volvieron resistentes a la bacteria original. Pasteur puso este descubrimiento en práctica casi inmediatamente en el caso de otras enfermedades causadas por agentes bacterianos, como el ántrax, la tuberculosis y la viruela.
En 1873, Pasteur fue elegido como miembro asociado de la Academia de Medicine. En 1882, el año de su aceptación en la Académie Française, decidió centrar sus esfuerzos en el problema de la rabia. En 1885, Pasteur vacunó a Joseph Meister, un niño de 9 años que había sido mordido por un perro rabioso. Gracias a su éxito, comenzó una campaña internacional de recaudación de fondos para construir el Instituto Pasteur en París, que se inauguró el 14 de noviembre de 1888.
Murió el 28 de septiembre de 1895 a la edad de 73 años. En su último día comentó: "Me gustaría ser más joven, para dedicarme con nuevo entusiasmo al estudio de nuevas enfermedades". Sus restos reposan en una cripta neobizantina bajo el Instituto Pasteur.
Considerado como uno de los tres fundadores principales de la Microbiología, junto con Ferdinand Cohn y Robert Koch. Tenía una gran fe en la buena naturaleza de los humanos. Trabajó incansablemente para brindar beneficios reales para el tratamiento de las enfermedades infecciosas. Louis Pasteur, más que cualquier otra persona, ayudó a aumentar la esperanza de vida promedio a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

​

Joseph Lister

2.jpg
Joseph_Lister,_1st_Baron_Lister_(1827_–_1912)_surgeon_Wellcome_M0002551.jpg

Joseph Lister (1827-1912): Cirujano británico que introdujo la antisepsia en la cirugía.

​

El 9 de diciembre de 1852, el Colegio Real de Cirujanos de Londres, admitía entre sus miembros a un joven de 25 años, llamado José Lister. "Este médico cambiaría por completo la faz de la cirugía, haciéndola pasar del rango de un arte incierto y limitado, a la categoría de una ciencia aplicada con posibilidades de expansión que casi no reconocía límites".

Había nacido el 5 de abril de 1827 en Upton, condado de Essex, Inglaterra. Sus estudios médicos los realizó en el University College Hospital, recibiendo la influencia y el estímulo del profesor Sharpey. A este ilustre fisiólogo se debió en gran parte el espíritu sagaz que mostró su alumno y a la circunstancia de haber ido a Edimburgo a "pasar seis semanas" en la Clínica de Syme, el pontífice de la cirugía en aquella época.

Al cabo de dos años de recibir su título médico, José Lister fue nombrado cirujano residente en las salas de la Enfermería Real de Edimburgo. Ahí fue para él, motivo de numerosas investigaciones y experiencias, la coagulación sanguínea en su relación con la curación de las heridas, así como los estudios bacteriológicos, que estaban "en pañales" por aquellos años.

Luis Pasteur, el genio más portentoso del siglo XIX, había encontrado no sólo la explicación científica de la fermentación y putrefacción, sino que había descubierto la naturaleza de un nuevo reino: el de los infinitamente pequeños o micro-organismos. Cuando en 1892, en el gran anfiteatro de la Sorbona Pasteur fue homenajeado en su jubileo Lister en calidad de delegado del Reino Unido, al darle un abrazo de felicitación pronunció estas hermosas palabras "realmente en el mundo entero no existe nadie a quien la ciencia médica deba tanto como a usted".
Lister pensaba "si son germénes microscópicos los que producen la descomposición de las heridas evitémoslos o destruyámoslos".

En el ácido carbólico o fénico fijó Lister su atención como agente destructor de los gérmenes o microbicida. Sin embargo, no fue el primero en utilizar esta sustancia en la cirugía. Ya que Lemaire la empleaba desde 1860, y el mismo Lister relata que debido a los buenos efectos que había producido en 1864, como desinfectante en los desagües de Carliste, decidió ensayarla en la Enfermería Real de Glasgow. A su vez experimentó y sometió el más meticuloso análisis todo cuanto hasta entonces se sabía del tratamiento de las heridas, antes de llegar a establecer las bases de su método admirable. Transcurrieron siete años desde que Lister fuera designado profesor de Cirugía en la Universidad de Glasgow en 1860, cuando se publicó su primer trabajo sobre cirugía antiséptica titulado: "De un nuevo método de tratamiento de las fracturas complicadas, abscesos, etc, con observación acerca de las condiciones de la supuración". (Lancet 1867).

El método preconizado por Lister contemplaba tres etapas: destrucción de los gérmenes y organismos vivos antes de la operación, durante el acto quirúrgico, y defensa contra aquellos después de la intervención operatoria. Todo esto se obtenía fundamentalmente utilizando la llamada "solución fuerte" de ácido fénico al 5% para sumergir en ella los instrumentos usados en la operación. Las esponjas deberían introducirse en dicha solución en forma permanente, teniendo cuidado de exprimirlas antes de utilizarlas.

El campo operatorio y su vecindad serían limpiados con una esponja empapada en la preparación mencionada. Las manos del cirujano y ayudantes deberían lavarse con una solución acuosa de ácido fénico al 2,5%, denominada "solución débil". Al estar la herida expuesta, en contacto con los gérmenes contenidos en el aire, Lister evitaba este inconveniente, operando "detrás de una compresa con aceite fenicado, cubriendo enseguida la herida, lo más rápido posible". Como esto no era suficiente, hacía funcionar un aparato de pulverización que, enviando una nube de agua fenicada al campo operatorio, lo aislaba por completo. Esta pulverización debía ser bastante fina para no incomodar al operador ni irritar los ojos del enfermo, los que serían tapados con una compresa seca. Aquella continuaba aún después de terminada la cirugía, hasta que se hubiera colocado sobre la herida la "gasa antiséptica", impregnada de resma y parafina mezcladas con ácido fénico, el que se volatilizaba poco a poco y para mantenerlo siempre en contacto con la herida, se protegía dicha gasa con una tela impermeable. La curación se renovaba cada dos, tres o más días".

Además Lister introdujo el uso de las ligaduras de catgut y suturas de seda fenicada, empleando siempre los tubos de drenaje de Chassaignac, que aseguraban la salida fácil de los líquidos.
Este método contaba ya con 12 años de existencia y había experimentado algunas modificaciones en el servicio del propio Líster, en el famoso King's College de Londres donde el maestro trabajó entre 1877 y 1893.

Mucho se hablaba de la intoxicación producida por el ácido fénico. Sin embargo, los casos comprobados eran raros, atribuidos a un exceso del ácido fénico utilizado, que en su forma más grave, actuando directamente sobre la médula espinal, provocaba parálisis respiratoria. En el eczema fénico intervenían además la resma y parafina, componentes de la gasa fenicada. Como tratamiento se prescribía ácido bórico o salicílico, reemplazando a la gasa mencionada, que hacían desaparecer en pocos días la lesión.

Es comprensible que las ideas sustentadas por Lister, comentadas y discutidas, como toda novedad, concluyeran aceptadas más o menos fácilmente en los centros donde él mismo las profesaba; pero, en lugares distantes o en cuerpos colegiados, no sucedía lo mismo y a pesar que Lister había demostrado en 1867 en forma irredargüible los éxitos de la cura antiséptica, eran discutidos e impugnados ardorosamente. Pero en Francia, el célebre cirujano Lucas Champonniére luchaba con fervor de apóstol para difundir el método listeriano anotando que "todo lo que poder decir, es que no he tenido un solo caso de compilación de herida: no he visto erisipela ni infección purulenta y he practicado operaciones que antes no se usaba en Francia".

En 1874 el decano de la Facultad de Medicina, profesor José Joaquín Aguirre obtuvo recursos económicos del Gobierno para enviar a cuatro jóvenes en calidad de becarios, para estudiar en sus fuentes de origen los más recientes progresos médico-quirúrgicos. Este brillante grupo de médicos, los doctores Manuel Barros Borgoño, Francisco Puelma Tupper, Vicente Izquierdo y Máximo Cienfuegos, llegó a tener una influencia decisiva en el progreso de la medicina chilena. Concurrieron a las principales clínicas inglesas, francesas y alemanas en una época en que el método listeriano ya había sido probado y aceptado en forma amplia. El doctor Barros Borgoño trabajó con Champonniére, aprendió la técnica antiséptica y después fue el primero en implantarla en Chile.

La guerra de 1879 encontró a Chile sin un servicio sanitario organizado. La colaboración inteligente prestada por el Dr. Don Wenceslao Díaz para dar vida al servicio médico en campaña fue invaluable. La iniciativa privada también participó en forma ejemplar a perfeccionarla y a completarla, estableciendo hospitales provisorios en la capital para los heridos del norte. Al iniciar sus funciones el Hospital de Sangre Domingo Matte instalado por la familia de este apellido en la calle Lira, entre Santa Victoria y Santa Isabel, el doctor Barros Borgoño lo tomó a su cargo en 1880, acompañado de los doctores Vicente Izquierdo, Francisco Puelma Tupper, Máximo Cienfuegos y del entonces estudiante de Medicina Manuel José Barrenechea. Fue aquí donde se inició en el país la cirugía antiséptica, demostrando Barros Borgoño sus extraordinarias condiciones de clínico y de gran operador, aplicando la experiencia adquirida al lado de Lucas Champonniére.

El Hospital Domingo Matte era un local espacioso, provisto de salas bien ventiladas, con capacidad para 54 enfermos bien instalados, que podía aumentar a 70 en caso necesario.

El procedimiento tropezó con muchos enemigos en Chile, incluso entre los profesores de la Facultad, oposición que se acrecentó al conocerse algunos casos de intoxicación por ácido fénico tanto entre los enfermos como entre los cirujanos. Por felicidad para la nueva Medicina, seguramente el hombre más representativo de su época y de mayor respetabilidad en el campo médico, don José Joaquín Aguirre, fue de los primeros en convertirse a las nuevas ideas y desde el comienzo, les prestó su más decidida cooperación; "no se podía encontrar puente para pasar de lo antiguo a lo moderno".

Aunque "pudiera parecer exagerada la afirmación de que todos los enfermos que venían del norte en 1880 tenían sus heridas gangrenadas, refiere el doctor Puga Borne- mi experiencia personal era esa". A él le tocó asistir a los heridos de Chorrillos y Miraflores como un mes y medio en el Hospital de Santa Guadalupe del Callao, regresando a Valparaíso, en un vapor completamente cargado de heridos. "Casi sin excepción los enfermos presentaban la complicación de la gangrena de hospital; tenían escalofríos y fiebre. El aspecto de la herida se descomponía; los mamelones se marchitaban, la supuración cesaba y la superficie se cubría de una capa gris negruzca, filamentosa, como el musgo que nace sobre los troncos en humedad".

No menos sobrecogedores eran los recuerdos del doctor Francisco Puelma Tupper, el que agrega "que en Santiago se fundaron dos hospitales más para atender a los heridos: uno en la calle Castro y el último en la calle Agustinas. El jefe del primero introdujo el sistema de Lister. La mortalidad bajó al 3%. Mientras tanto en el hospital de Agustinas opuestos a todo progreso seguían con la esponja y el cerato (ungüento de manteca de cerdo) con una mortalidad de 80%. Finalmente, Puelma Tupper confiesa "que costó convencer a la gente de la existencia de los microbios, como no los veían y nosotros los jóvenes los veíamos en todas partes; nos creían perturbados, alucinados; en 1879 me caricaturizaron matando con una escopeta, microbios a diestra y siniestra".

Desde aquella época han pasado ya muchos años y "ahora era sólo cuestión de perfeccionar, de buscar otros medios de suprimir los gérmenes y de no llevarlos a la herida con los instrumentos, con las gasas, con las manos. No se necesitaban antisépticos, podían ser muertos por el calor. Nació la asepsia. Los progresos de la Bacteriología por una parte, y de la Química por otra, así como la introducción de medios mecánicos de ventilación de las salas de operaciones, nos trasladan a la actualidad en que muchas técnicas y procedimientos nuevos se han puesto al servicio de una mejor cirugía. Pero no debemos olvidar que en el extremo donde empieza este camino está Lord Lister que inició la cirugía moderna, sin imaginarse tal vez la trascendencia de su obra, ni que el camino ascendente que comenzaba no tiene estación de llegada ni de término, como no lo tiene el camino del éxito".

Robert Koch

5.jpg
Robert_Koch_BeW.jpg

Robert Koch (1843-1910): Microbiólogo alemán que descubrió los agentes causales de enfermedades como la tuberculosis, el cólera y el ántrax.

Fue otro de los grandes hitos históricos de la medicina. Este brillante investigador alemán, famoso por sus aportes a la ciencia, recibió el Premio Nobel de Medicina en el año de 1905. Este médico alemán, considerado fundador de la bacteriología, nació en 1843. Desde joven se especializó en el estudio de los agentes infecciosos, en ese entonces desconocidos, que provocaban enfermedades.

Estudió a la tuberculosis, uno de los más grandes males infecciosos que han afectado a la humanidad. Logró la hazaña de descubrir al bacilo causante de la enfermedad en 1882 y el 24 de marzo de 1882 lo presentó a la comunidad científica. También descubrió al bacilo del cólera en 1883, identificó al agente etiológico del carbunco o ántrax (Bacillus anthracis), introdujo técnicas y métodos de laboratorio (medios de cultivo sólidos). Además, publicó los denominados postulados de Koch, los cuales establecían las "normas" para considerar a un determinado microorganismo como responsable de una determinada enfermedad, aporte igual de importante que su descubrimiento sobre la tuberculosis.

Koch creó el Instituto científico más avanzado de su época. Allí, empleando sus métodos, sus colaboradores y alumnos descubrieron los organismos responsables de la difteria, el tifus, la neumonía, la gonorrea, la meningitis cerebroespinal, la lepra, la peste pulmonar, el tétanos y la sífilis, entre otros (10). De sus principales herederos se tienen a Gaffky y Eberth quienes descubrieron el bacilo tífico; Löffler, el bacilo diftérico; Pfeiffer, el Bacillus influenzae; Welch, el Clostridium de la gangrena gaseosa; Shibasaburo Kitasato y Nikolaier, el bacilo tetánico. También tuvo discípulos que ganaron el Premio Nobel: Emil von Behring, en 1901, descubridor de la antitoxina diftérica y la seroterapia, y Paul Ehrlich, en 1908, fundador de la inmunología.

El médico alemán Carl Joseph Eberth (1835-1926) realizó sus estudios de medicina y biología en la Universidad de Wurzburg, en donde tuvo a algunos de los más prestigiosos maestros de la época: Heinrich Müller, Albert von Kölliker, Franz Leydig y Rudolf Virchow(11). Eberth fue un destacado patólogo y bacteriólogo alemán, en 1879 identificó en 12 de 23 casos de fiebre a los característicos microorganismos en forma de barra, que posteriormente pasarían a ser denominados bacilos de Eberth o Eberthella y luego Eberthella typhosa en su honor. Muchos de sus primeros escritos científicos fueron recopilados en el Archivo Virchow, en ellos se explicaba la estructura de los tejidos que formaban diversos órganos del cuerpo humano y de ciertos animales.

Entre los que se formaron en el Instituto de Koch destaca el japonés Kitasato quien tras su paso por Alemania, desarrolló su obra en Japón, donde es considerado uno de los iniciadores de la moderna microbiología (12). Otro discípulo fue Julius Petri quien, trabajando con Koch, inventó la placa Petri, recipiente circular de unos diez centímetros de diámetro y un centímetro de alto utilizado para albergar los medios de cultivo utilizados en bacteriología.

Siglo XX

Sigmund Freud

7.jpg
1200px-Sigmund_Freud_1926.jpg

​Nacido el 6 de mayo 1856 en Freiberg (Moravia), Sigmund Freud fue el mayor de seis hermanos. Su familia se vio obligada a trasladarse a Viena para intentar sacar a flote el negocio de lanas de su padre. A pesar de ser judío, el joven Sigmund fue educado al margen de cualquier idea religiosa y nacionalista. Las adversidades económicas que atravesó su familia tampoco fueron un obstáculo para que ingresara en la Universidad de Viena a los 17 años, donde estudió Medicina. Ante el creciente ambiente de antisemitismo que se respiraba en la capital austríaca, Freud decidió cambiarse el nombre y pasó de llamarse Sigismund a llamarse Sigmund, el nombre con el que sería conocido a partir de entonces.

Tras aprender español de forma autodidacta, Freud fundó junto con su amigo Eduard Silberstein una especie de sociedad secreta a la que llamaron Academia Castellana, donde bajo los seudónimos de Cipión para Freud y Berganza para Silberstein, emprendieron juntos la lectura de obras de Miguel de Cervantes entre las que destacan El coloquio de los perros, de donde escogieron sus apodos.

​

Entre 1884 y 1887, Freud escribió una serie de artículos en los que abogaba por el uso de la cocaína con fines terapéuticos, y en algunos experimentos posteriores demostró las propiedades de la cocaína como anestésico local. En 1884, publicó un artículo titulado Über Coca (Sobre la coca) en el que ofrecía al lector una enorme cantidad de datos sobre la historia del uso de esta planta en Sudamérica, su exportación a Europa, sus efectos en los seres humanos y los animales, y sus múltiples usos en terapéutica. Posteriormente, el oftalmólogo austríaco Carl Koller publicó los resultados de las investigaciones de Freud y obtuvo grandes éxitos en intervenciones oftalmológicas.

En 1886, Freud se casó con Martha Bernays y, tras la publicación de unas cartas enviadas a su entonces prometida y luego esposa, se ha sabido que hizo un intento frustrado de curar con cocaína a su amigo Ernst von Fleischl-Marxow, que era adicto a la morfina. El tratamiento no tuvo efecto y solo sirvió para añadir una adicción más a las que ya sufría su amigo, el cual falleció poco después.

Basándose en algunos experimentos llevados a cabo por su mentor Josef Breuer, Freud abrió una clínica para realizar sus prácticas en el campo de la neurosis y de la histeria en las que uso la hipnosis y la catarsis. Una misteriosa paciente llamada Anna O. (su nombre real era Bertha Pappenheim) fue tratada por Breuer y Freud en aquel entonces.

​

El tratamiento consistía en inducir en la paciente un estado hipnótico que le permitiese recordar las circunstancias previas a la aparición de los síntomas. A pesar de que todo parecía ir bien, en la lectura del caso clínico se observó con claridad que Breuer improvisó y modificó el tratamiento de acuerdo con el extravagante cuadro sintomático de su paciente. Al acabar el tratamiento catártico, la paciente no había mejorado y acabó siendo internada en un centro psiquiátrico. Una vez recuperada, Berta Pappenheim se volcaría en la causa feminista. Poco después Freud abandonó estas técnicas (y su colaboración con Breuer) en favor de la asociación libre (base del psicoanálisis), técnica con la que creyó poder aliviar los síntomas de sus pacientes, que verbalizaban sin traba alguna cualquier tipo de ocurrencia que se les pasara por la cabeza.

En 1899​, Freud publicó la que se considera su obra más importante e influyente, La interpretación de los sueños, aunque la fecha oficial de publicación, sin embargo, quedó establecida en 1900. En 1905 se publicó Tres contribuciones a la teoría sexual, la segunda de sus obras en importancia. De esta manera quedó inaugurada una nueva disciplina y una nueva manera de entender la mente humana: el psicoanálisis. Debido a la incomprensión que inicialmente provocaron sus teorías, Freud pasó unos años aislado tanto personal como profesionalmente. A pesar de ello, surgió un grupo de adeptos que se convertiría en el germen del futuro movimiento psicoanalítico, entre los que se encontraban Carl Gustav Jung y Wilhelm Reich; gracias a ellos, las ideas de Freud empezaron a llegar al gran público.

En 1906, Freud y Jung viajaron a Estados Unidos y comprobaron con sorpresa el entusiasmo que, mucho antes que en Europa, el pensamiento freudiano había suscitado allí. En la primavera de 1908, y por invitación de Jung, Freud celebró en Salzburgo el Primer Congreso Psicoanalítico. En 1910 se fundó en Nuremberg la Sociedad Internacional de Psicoanálisis, dirigida por Jung, quien conservó la presidencia hasta 1914.

​

El primer reconocimiento oficial como creador del psicoanálisis le llegó a Freud en 1902, cuando fue nombrado profesor extraordinario, hecho que el psicoanalista comentaría en una carta dirigida a Wilhelm Fliess, un médico y psicólogo alemán, en la que sarcásticamente decía: "Como si de pronto el papel de la sexualidad fuera reconocido oficialmente por su Majestad".

Freud obtuvo su primer reconocimiento internacional en 1909, cuando la Universidad de Clark, en Worcester, Massachusetts, le concedió el título honorífico de Doctor Honoris Causa. Así, con la intención de divulgar el psicoanálisis en los Estados Unidos, y aprovechando las celebraciones del vigésimo aniversario de la fundación de la universidad que presidía el pedagogo y psicólogo G. Stanley Hall, Freud fue invitado a impartir varias conferencias.

Pero pronto las cosas empezaron a torcerse. En octubre de 1911, Freud sufrió un importante revés cuando varios de sus seguidores se dieron de baja de la Asociación Psicoanalítica Vienesa, y la cosa empeoró cuando a ellos se unió Carl Gustav Jung en 1914. Aunque lo peor estaba por llegar.

En 1923, Freud fue diagnosticado de cáncer de paladar, posiblemente una consecuencia de su irreductible adicción a los puros. Además de ocasionarle un gran sufrimiento y dejarlo incapacitado, la enfermedad le provocó sordera en el oído derecho y lo obligó a usar una serie de incómodas prótesis de paladar que le dificultaron el habla. A consecuencia de ello, Freud tuvo que ser operado hasta en 33 ocasiones. ​A pesar de todo, nunca dejó de fumar, con las terribles consecuencias que esto le acarreó. Freud continuó trabajando como psicoanalista y, hasta el fin de su vida, no cesó de escribir y publicar un gran número de artículos, ensayos y libros.

​

El 23 de septiembre de 1939, con la salud ya muy deteriorada e incapaz de soportar el dolor que le producía el cáncer de paladar, habló con su médico personal, Max Schur, y le recordó la promesa que éste le había hecho de sedarlo para ahorrarle la agonía. Schur le suministró tres inyecciones de morfina, y el padre del psicoanálisis murió de sobredosis. Sigmund Freud fue incinerado en el crematorio laico de Golders Green. Allí reposan sus cenizas junto a las de su esposa Martha.

Alexander Fleming

5.jpg
fleming_alexander_2.jpg

Alexander Fleming (1881-1955): Médico y bacteriólogo escocés que descubrió la penicilina.
La penicilina marcó el comienzo de la era de los antibióticos. Antes de su descubrimiento no existía un tratamiento eficaz para infecciones como la neumonía, la gonorrea o la fiebre reumática. Los hospitales estaban llenos de personas con infecciones en sangre, contraídas a raíz de un corte o un rasguño, y los médicos podían hacer poco por ellas, salvo esperar y tener esperanza.

Los antibióticos son compuestos que las bacterias y los hongos producen de forma natural, para matar o inhibir especies microbianas rivales. Este fenómeno se conoce desde hace mucho tiempo, y podría explicar por qué los antiguos egipcios aplicaban una cataplasma de pan mohoso a las heridas infectadas. Pero no fue hasta 1928 que Alexander Fleming, profesor de bacteriología en el Hospital St. Mary's de Londres, descubrió la penicilina, el primer antibiótico auténtico.

Al regresar de sus vacaciones el 3 de septiembre de 1928, Fleming comenzó a clasificar placas de Petri que contenían colonias de estafilococos: bacterias que causan forúnculos, dolores de garganta y abscesos. En uno de los platos, se fijó en algo inusual. Estaba salpicado de colonias, salvo por un área donde estaba creciendo una mancha de moho. La zona alrededor del moho —que luego se identificó como una cepa poco común de Penicillium notatum— era clara, como si el moho hubiera secretado algo que inhibiera el crecimiento bacteriano.

Fleming descubrió que su "zumo de moho" era capaz de matar una amplia gama de bacterias dañinas, como estreptococos, meningococos y el bacilo de la difteria. Luego encomendó a sus asistentes, Stuart Craddock y Frederick Ridley, la complicada tarea de aislar la penicilina pura a partir del zumo del moho. Resultó ser un compuesto muy inestable, y los investigadores solo pudieron preparar disoluciones impuras, pero que les servían para continuar trabajando. Fleming publicó sus hallazgos en el British Journal of Experimental Pathology en junio de 1929, haciendo tan solo una referencia de pasada a los potenciales beneficios terapéuticos de la penicilina. En esta época, parecía que su aplicación principal sería utilizar la penicilina en el laboratorio para separar, en un cultivo mixto, las bacterias insensibles a la penicilina de bacterias sensibles a este fármaco.

 Esto tenía un uso práctico para los bacteriólogos, lo que mantuvo el interés en la penicilina. Otros científicos, incluido Harold Raistrick, profesor de bioquímica en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, también intentaron purificar la penicilina pero fracasaron.


La Universidad de Oxford y

 su investigación sobre la penicilina


Howard Florey, Ernst Chain y sus colegas de la Escuela de Patología Sir William Dunn de la Universidad de Oxford hicieron que la penicilina pasase de ser una curiosidad de laboratorio a un fármaco que salva vidas. Su trabajo sobre la purificación y la química de la penicilina arrancó en 1939, justo cuando el avance de la Segunda Guerra Mundial empezaba a dificultar su investigación. Para llevar a cabo un programa de experimentos con animales y ensayos clínicos, el equipo necesitaba procesar hasta 500 litros por semana de filtrado de moho. Comenzaron a cultivarlo en una extraña variedad de recipientes, como bañeras, orinales, bidones de leche y latas de comida. Posteriormente, se diseñó un recipiente de fermentación adaptado para facilitar la extracción y, para ahorrar espacio, renovar el caldo por debajo de la superficie del moho. Contrataron a un equipo de "muchachas de la penicilina", a las que pagaban 2 libras a la semana, para inocular y cuidar el proceso de fermentación. El laboratorio de Oxford se convirtió en una fábrica de penicilina.

Mientras tanto, el bioquímico Norman Heatley extraía penicilina de los enormes volúmenes de filtrado que salían de la línea de producción, separándola con acetato de amilo y redisolviéndola de nuevo en agua, utilizando para ello un sistema de contracorriente. Edward Abraham, otro bioquímico que fue contratado para acelerar la producción, luego utilizó la cromatografía en columna de alúmina, una técnica recién descubierta, para eliminar las impurezas de la penicilina antes de los ensayos clínicos.

En 1940, Florey llevó a cabo una serie de experimentos cruciales, que demostraron que la penicilina podía proteger a los ratones contra la infección causada por estreptococos mortales. Más adelante, el 12 de febrero de 1941, un policía de 43 años, Albert Alexander, se convirtió en el primer receptor de la penicilina de Oxford. Se había rascado un lado de la boca mientras podaba rosas y había desarrollado una infección potencialmente mortal con enormes abscesos en los ojos, la cara y los pulmones. Se le inyectó una dosis de penicilina y, en unos días, se recuperó notablemente. Lamentablemente, se acabaron los suministros de la droga y murió unos días después. Sin embargo, se obtuvieron mejores resultados con otros pacientes, y pronto hubo planes para hacer que la penicilina estuviera disponible para las tropas británicas en el campo de batalla.
La guerra y los bombardeos dificultaron la producción industrial de penicilina. Varias empresas británicas, incluidas Glaxo (ahora GlaxoSmithKline) y Kemball Bishop, una empresa londinense que más adelante compró Pfizer, aceptaron el desafío.

​

Las farmacéuticas estadounidenses

que apoyaron la producción


Mientras Norman Heatley permanecía en Peoria ayudando al personal del NRRL a iniciar el trabajo con penicilina, Howard Florey se encargó de visitar varias compañías farmacéuticas, en un intento por interesarlas en el nuevo medicamento. Aunque Florey estaba decepcionado con los resultados nada más acabar el viaje, tres de las empresas (Merck, Squibb y Lilly) ya habían estado investigándola penicilina antes de la llegada de Florey, y otras, como Pfizer, parecían estar a punto de descubrirla. En ese momento, sin embargo, la promesa de la penicilina todavía se basaba en ensayos clínicos limitados.

A continuación, Florey visitó a su viejo amigo Alfred Newton Richards, que por aquel entonces era vicepresidente de asuntos médicos en la Universidad de Pensilvania. Además, Richards era el presidente del Comité de Investigación Médica (CMR, por sus siglas en inglés) de la Oficina de Investigación Científica y Desarrollo (OSRD, por sus siglas en inglés). La OSRD se había creado en junio de 1941 para asegurar que se prestaba la atención adecuada a la investigación sobre problemas científicos y médicos relacionados con la defensa nacional. Richards tenía un gran respeto por Florey y confiaba en su juicio sobre el valor potencial de la penicilina. Se acercó a las cuatro firmas farmacéuticas que habían mostrado cierto interés en la droga (Merck, Squibb, Lilly y Pfizer) y les informó que estarían al servicio del interés nacional si emprendían la producción de penicilina. Eso significaba que podría haber apoyo por parte de la administración federal.

El 8 de octubre de 1941, Richards convocó una reunión en Washington, D.C., para intercambiar información sobre la investigación entre la empresa y el gobierno, y poder planificar un programa de investigación colaborativa que acelerase la producción de penicilina. Además de los representantes del CMR y el Consejo Nacional de Investigación y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, los participantes incluyeron a los directores de investigación Randolph T. Major de Merck; George A. Harrop del Instituto Squibb de Investigación Médica; Jasper Kane de Pfizer e Y. SubbaRow de Lederle. La siguiente reunión del CMR sobre la penicilina, celebrada en Nueva York en diciembre, fue decisiva. Ocurrió 10 días después del bombardeo de Pearl Harbor y, por lo tanto, de la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. En esta reunión, a la que asistieron los jefes de Merck, Squibb, Pfizer y Lederle, así como los directores de investigación de la compañía, se presentó el informe de Robert Coghill sobre el sirope de maíz. El éxito del NRRL con esta técnica animó a los líderes de la industria.

Como Coghill recordaría más tarde, George W. Merck, que había sido pesimista sobre la posibilidad de producir cantidades adecuadas de penicilina, dadas las limitaciones de las técnicas de fermentación disponibles y los rendimientos esperados, “habló inmediatamente, diciendo que si estos resultados pudieran confirmarse en sus laboratorios, sería posible producir el kilo de material para Florey, ¡y la industria lo haría!” Se acordó que, aunque las empresas llevarían a cabo sus actividades de investigación de forma independiente, mantendrían al CMR informado de los desarrollos, y el Comité podría hacer que la información estuviese disponible de una forma más pública (con el permiso de la empresa involucrada) si llegaba a considerarse de interés público.

Aunque existía cierta preocupación de que las inversiones en procesos de fermentación se desperdiciaran si se desarrollaba una síntesis química de penicilina comercialmente viable, otras empresas también comenzaron a mostrar interés en el fármaco. Algunas empresas llegaron a acuerdos de colaboración propios, como Merck y Squibb en febrero de 1942, y más tarde Pfizer en septiembre de ese mismo año. La planta piloto de Merck continuó produciendo varios cientos de litros de cultivo de penicilina por semana utilizando tanto matraces como bandejas, y en diciembre, Heatley se unió al personal de investigación de Merck durante varios meses, donde introdujo el método de ensayo de penicilina con placa de taza Oxford, que pronto se convirtió en un método estándar en toda la industria. En marzo de 1942 se había producido suficiente penicilina bajo los auspicios del OSRD para tratar a la primera paciente: Anne Miller, en New Haven, Connecticut. Más tarde, en junio de 1942, otros diez pacientes recibieron el tratamiento, todos con penicilina suministrada por Merck.

​

​La penicilina, la Segunda Guerra Mundial y

la producción comercial


El valor de la penicilina, cada vez más obvio para los militares, llevó a la Junta de Producción de Guerra (WPB, por sus siglas en inglés) a asumir en 1943 la responsabilidad de aumentar la producción del medicamento. El WPB investigó a más de 175 empresas, antes de seleccionar 21 para participar en un programa de penicilina bajo la dirección de Albert Elder. Además de Lederle, Merck, Pfizer y Squibb, Abbott Laboratories (que también había estado entre los principales productores de suministros clínicos de penicilina hasta mediados de 1943) fue una de las primeras empresas en comenzar la producción a gran escala. Estas empresas recibieron la máxima prioridad a la hora de recibir materiales de construcción y otros suministros necesarios para cumplir con las metas de producción. El WPB controló la distribución de toda la penicilina producida.

Uno de los principales objetivos era tener un suministro suficiente del medicamento a mano, de cara al asalto propuesto para el Día D en Europa. Los sentimientos de patriotismo en tiempos de guerra estimularon enormemente el trabajo con la penicilina tanto en el Reino Unido como en los EE. UU. Por ejemplo, Elder escribió a los fabricantes en 1943: "Se le insta a comunicar a todos los trabajadores de su planta que la penicilina producida hoy salvará la vida de alguien en unos pocos días, o podrá curar la enfermedad de alguien que ahora está incapacitado. ¡Ponga carteles en su planta! ¡Coloque avisos en los sobres con las nóminas! Cree entusiasmo por el trabajo hasta en el trabajador más humilde de su planta".

A medida que la publicidad sobre esta nueva "droga milagrosa" se hizo pública, la demanda de penicilina aumentó. Pero los suministros al principio eran limitados y se daba prioridad al uso militar.

Chester Keefer, un médico de Boston y presidente del Comité de Quimioterapia del Consejo Nacional de Investigación, tenía la nada envidiable tarea de racionar los suministros de la droga para uso civil. Keefer tuvo que restringir el uso de la droga a aquellos casos en los que otros tratamientos habían fallado. Parte de su trabajo consistía también en recopilar información clínica detallada sobre el uso del fármaco, y así poder desarrollar una comprensión más completa de su potencial y limitaciones. No es de extrañar que Keefer se sintiera asediado por peticiones de penicilina. Un relato de un periódico del New York Herald Tribune del 17 de octubre de 1943 decía: "Muchos legos en la materia —maridos, esposas, padres, hermanos, hermanas, amigos— le ruegan a Keefer que les dé penicilina. En todos los casos se le dice al peticionario que envíen un expediente completo sobre el estado del paciente al médico responsable. Cuando se reciba, la decisión se tomará por motivos médicos, no emocionales".

Afortunadamente, la producción de penicilina comenzó a aumentar rápidamente a principios de 1944. La producción del medicamento en los EE. UU. pasó de 21 mil millones de unidades en 1943 a 1.7 billones de unidades en 1944, y a más de 6,8 billones de unidades en 1945. Las técnicas de fabricación habían cambiado de escala y sofisticación: desde frascos de un litro con menos del 1% de rendimiento hasta tanques de 10000 galones (38000 litros) con 80-90% de rendimiento. El gobierno estadounidense finalmente pudo eliminar todas las restricciones sobre su disponibilidad y, a partir del 15 de marzo de 1945, la penicilina empezó a distribuirse en farmacias.

En 1949, la producción anual de penicilina en los EE. UU. había alcanzado los 133 billones de unidades, y el precio había bajado a menos de 10 centavos por cada cien mil unidades (en 1943 la misma cantidad costaba 20 dólares). Después dela guerra, la mayoría de las empresas británicas optaron por la producción de penicilina mediante fermentación profunda en tanques, la técnica desarrollada en los EE. UU., para satisfacer las necesidades civiles. En el Reino Unido, la penicilina empezó a venderse al público general el 1 de junio de 1946, como un medicamento con receta.
En Gran Bretaña, Chain y Abraham continuaron trabajando en la estructura de la molécula de penicilina, con la ayuda del trabajo cristalográfico de rayos X de Dorothy Crowfoot Hodgkin, que también trabajaba en Oxford. La característica única de la estructura, que finalmente se descubrió en 1945, es el anillo betalactámico altamente lábil de cuatro miembros, fusionado a un anillo de tiazolidina. Ese mismo año, Alexander Fleming, Howard Florey y Ernst Chain recibieron el Premio Nobel por su investigación sobre penicilina.

Los esfuerzos conjuntos de químicos, ingenieros químicos, microbiólogos, micólogos, agencias gubernamentales y fabricantes de productos químicos y farmacéuticos estadounidenses estuvieron a la altura del desafío que plantearon Howard Florey y Norman Heatley en 1941. Como destacó el propio Florey en 1949, "no se puede dar un reconocimiento suficiente a la profesionalidad y la energía con las que las empresas estadounidenses abordaron la producción a gran escala del medicamento. De no haber sido por sus esfuerzos, ciertamente no habría habido suficiente penicilina para el Día D en Normandía en 1944 para tratar todas las graves bajas que se produjeron, tanto británicas como estadounidenses".

​

Jonas Salk

1.jpg
gettyimages-613503892-copy.jpg

Jonas Salk (1914-1995): Médico e investigador estadounidense que desarrolló la primera vacuna eficaz contra la polio.

​

Jonas Salk nació en la ciudad de Nueva York el 28 de octubre de 1914. Sus padres, Daniel Salk y Dora Salk, provenían de familias inmigrantes ruso-judías, y no tenían una educación formal adecuada. Según el historiador David Oshinsky, Salk creció embebido en la «cultura inmigrante judía» de Nueva York.​ Tenía dos hermanos menores, Herman y Lee. La familia se mudó del barrio de East Harlem al Bronx y vivió por un tiempo en Queens.

La vacuna llamada Salk fue una de las primeras vacunas eficaces para la inmunización contra un virus en general. Fue fundamental en la campaña mundial de erradicación de la polio, que era por entonces una de las enfermedades más letales, sobre todo en los niños. La vacuna Salk se basa en el principio del virus muerto. Eso significa que Salk inyecta una forma muerta del virus de la polio al paciente, lo que posibilita que el cuerpo humano desarrolle inmunidad contra éste, sin caer gravemente enfermo. Una vez inmunizado hacia esa forma del virus, el cuerpo queda también inmunizado contra la forma más virulenta del propio virus.

Después de pruebas exitosas en animales de laboratorio, el 2 de julio de 1952, con la ayuda del personal del Hogar D.T. Watson para Niños Tullidos, que es en la actualidad el Centro Educativo del Instituto Watson en Sewickley, Pensilvania10​), Salk inyectó a 43 niños su vacuna de virus muerto. Unas semanas más tarde, Salk inyectó a niños de la Escuela Estatal de Polk para Retrasados y Débiles Mentales. Vacunó a sus propios hijos en 1953. En 1954 probó la vacuna en alrededor de un millón de niños, conocidos como los pioneros de la polio. La vacuna se anunció como segura el 12 de abril de 1955.
El proyecto se hizo grande e involucró a 100 millones de contribuyentes de March of Dimes y 7 millones de voluntarios.4​17​: 54  La fundación se permitió endeudarse para financiar la investigación final necesaria para desarrollar la vacuna Salk.18​ Salk trabajó incesantemente durante dos años y medio.

Jonas Salk se negó a patentar la vacuna.
La vacuna contra la polio inactivada de Salk se empezó a utilizar en 1955.20​21​ Está en la Lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud.
En 1961, Albert Sabin desarrollará una vacuna administrable por vía oral, que sustituyó a la de Salk, y en la que se utilizaron virus debilitados.

Rosalind Franklin

1.jpg
1-s2.0-S2451929421001005-gr1.jpg

Rosalind Franklin (1920-1958): Química y cristalógrafa inglesa cuyas investigaciones fueron fundamentales para el descubrimiento de la estructura del ADN.

Rosalind Franklin nació en el seno de una familia judía de buena posición económica. Desde edad muy temprana, mostró una excelente aptitud y actitud para estudiar, destacando en diversas materias, entre ellas, las ciencias. Hacia los quince años decidió estudiar una carrera universitaria, aprobando el examen de ingreso en el Newnham College de Cambridge, lo cual supuso cierta controversia en la familia, ya que su padre no veía con buenos ojos que una mujer estudiara en la universidad. Sin embargo, tanto su tía como su madre la ayudaron en este sentido y en 1941 obtuvo su graduación universitaria. En plena Segunda Guerra Mundial, en 1942, obtuvo un puesto de ayudante en un organismo británico dedicado a la investigación sobre el carbón y sus derivados, estudios que sirvieron para la fabricación de máscaras antigás.

En 1945 obtuvo el título de Doctora en Química-Física y un año más tarde se trasladó a París para trabajar en el Laboratorio Central de Servicios Químicos del Estado, aprendiendo el manejo de las técnicas de la difracción de rayos X en cristales, lo que posteriormente sería vital para la obtención e interpretación de la denominada “Fotografía 51”.

En 1951 regresó a Londres, al King’s College, a la Unidad de Biofísica, donde comenzó sus investigaciones sobre el ADN (ácido desoxirribonucleico), investigaciones que también estaba realizando Maurice Wilkins, con quien mantuvo constantes desavenencias. En un entorno machista y difícil, Rosalind obtuvo una fotografía de difracción de rayos X de una fibra de ADN, la famosa “Fotografía 51”, que revelaba de manera inconfundible la estructura helicoidal de este polímero.

Los años posteriores hasta su temprano fallecimiento se dedicó al estudio de la cristalografía de virus sin sospechar que sus investigaciones sobre el ADN serían tan importantes que conducirían a Wilkins, James Watson y Francis Crick a obtener el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1962; ellos, no obstante, no hicieron ningún esfuerzo por reconocer las aportaciones de Rosalind. Sólo muchos años después y gracias a otros científicos y amigos de ella, se ha sabido que una buena parte de los datos sobre los que se basa la estructura molecular del ADN que describieron los premiados provenían de las investigaciones que desarrolló la científica durante sus años en el King’s College.

Siglo XXI

Paul Farmer

8.jpg
SEG2-Paul-Farmer-1.jpg

Paul Farmer (1959-2022): Médico y antropólogo estadounidense conocido por su trabajo en salud global y su fundación de Partners In Health, una organización que brinda atención médica a comunidades empobrecidas en todo el mundo.

Hay mucho por decir del Dr. Paul Farmer. Que fue jefe estratégico y cofundador de Partners In Health, que se desempeñó como director del Departamento de Salud Global y Medicina Social de la Universidad de Harvard, o que en el 2012 fue designado asesor de medicina comunitaria de la ONU.

Pero para comprender la magnitud de sus hitos, primero es necesario saber quién fue Paul antes del Dr. Farmer. Repasar su historia es confirmar que, a veces, las coincidencias transportan mensajes poderosos que solo son visibles años más tarde.

En 1971, en Estados Unidos, la familia de un entonces pequeño Paul se mudó desde Alabama a Florida en busca de una mejor vida. La mudanza fue posible gracias a que, años antes, el padre de Paul había adquirido un autobús en una subasta pública.
Sin embargo, no se trataba de un vehículo cualquiera. Antes de pertenecer a los Farmer, ese mismo autobús, curiosamente, había servido como una clínica de tuberculosis ambulante, y hasta había sido adaptado para albergar una máquina de rayos X. Como una suerte de bisabuelo de la TB Móvil de SES.
Los Farmer no solamente usaron el autobús para sus travesías, también lo convirtieron en su hogar durante una larga temporada. En Florida, Paul, sus padres y sus cinco hermanos se instalaron en un parque de caravanas junto a un bosque, donde su adolescencia transcurriría entre ser un alumno destacado en el colegio y empezar a cultivar un espíritu sensible por los más desamparados.

Y es que, desde niño, Paul conoció todo tipo de historias que moldearían su visión de un mundo que se presentaba injusto. Supo de la miseria de los haitianos que trabajaban en las plantaciones de naranjos de Florida, de la limitada vida de sus vecinos en el parque de caravanas, y también conoció de primera mano la experiencia de su padre trabajando con adultos mayores que padecían de trastornos mentales.

Paul entendió desde temprana edad lo que significaba la injusticia social. Su lucha, a la larga, se convertiría en la misión con que nació Partners In Health en 1987 en Haití, para ofrecer una cura contra problemáticas como la tuberculosis y el VIH/SIDA, que eran una condena de muerte para los más pobres en ese país del Caribe.

¿Pero por qué Haití
Cuando a fines de los años setenta Paul se marchó a estudiar a la Universidad de Duke (Carolina del Norte) con una beca completa, también se encontró con una realidad que no le fue ajena: no muy lejos del campus universitario, había plantaciones de tabaco donde inmigrantes, en su mayoría haitianos, trabajaban en condiciones penosas.

Paul se encontraba por segunda vez en su vida ante una escena de injusticia social que volvía a tener como protagonistas a los haitianos. Solo que esta vez estaba preparado.

Durante sus años en Duke formándose en antropología médica, Paul había adquirido un conocimiento moral de la salud pública. Indagó, sobre todo, en la obra del médico alemán Rudolf Virchow, quien se convertiría en su referente por su visión de la medicina, la cual se plasmaba en frases como: “la finalidad de la formación médica no es proporcionar a los estudiantes un modo de vida, sino garantizar la salud de la comunidad” o “los médicos son los abogados naturales de los pobres y son ellos quienes tendrían que solucionar, en gran medida, los problemas sociales”.
Esta última era la frase favorita de Paul.
Por eso, cuando Paul conoció a los haitianos que trabajan en esas plantaciones de tabaco no muy lejos de su universidad, no se quedó de brazos cruzados y tomó acción. Aprendió todo lo posible de Haití, de su historia, de su idioma, y en la primavera de 1983 se marchó con $1000 a uno de los países más pobres y violentos de todo América.
Allí empezaría su carrera con Partners In Health, diseñando e implementando soluciones de atención médica sostenibles para las comunidades más desatendidas, junto con Jim Yong Kim y Ophelia Dahl, cofundadores de la organización.

bottom of page